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martes, 9 de julio de 2013

EL SILENCIO COMO INSPIRACION 12


EL SILENCIO COMO INSPIRACION  12

Un hombre es joven en proporción a su flexibilidad. Observad a un niño pequeño. Es tan suave, tierno y flexible. A medida que se envejece, todo se vuelve
tenso, duro, inflexible. Pero un hombre puede permanecer absolutamente Joven hasta el momento mismo de su muerte si no pierde la flexibilidad.

Cuando sois felices, os expandís. Cuando tenéis miedo, os encogéis, os escondéis en
vuestro caparazón, porque si salís puede haber peligro. Os encogéis en todos los aspectos: en
el amor, en las relaciones, en la meditación, en todo. Os convertís en una tortuga y os
encogéis por dentro. Si continuamente se permanece en el temor, tal como viven muchas
personas, con el tiempo se pierde la elasticidad de la energía. Entonces os convertís en una
charca de agua estancada. Dejáis de fluir, dejáis de ser un río. Os sentís cada vez más muertos.
Pero el miedo tiene un uso natural. Cuando la casa está en llamas, tenéis que escapar.
No intentéis no sentir miedo o seréis unos tontos. Deberíais mantener asimismo la capacidad
de encogimiento, porque hay momentos en que es necesario detener el flujo. Deberíais ser
capaces de salir y de entrar, de salir y de entrar. Eso es flexibilidad: expansión, encogimiento,
expansión, encogimiento. Es como respirar. La gente que tiene mucho miedo no respira
profundamente, porque incluso esa expansión proporciona miedo. Su pecho se encoge; tendrá
un pecho hundido.
Intentad encontrar maneras de hacer que vuestra energía se mueva. A veces incluso la
ira es buena. Al menos hace que vuestra energía se mueva. Si tenéis que elegir entre el miedo
y la ira, elegid esta última. Pero no paséis al otro extremo. La expansión es buena, pero no
deberíais volveros adictos a ella. Lo que de verdad debéis recordar es la flexibilidad: la
capacidad de moveros de un extremo al otro.

La gracia aporta belleza. La gracia sencillamente significa el aura que rodea a la
relajación total.
Si os movéis espontáneamente, cada momento en sí mismo decide cómo será. Este momento no va a decidir por el siguiente, así que permanecéis con finales abiertos. El siguiente momento decidirá su propio ser; no tenéis plan, patrón, expectativa.
El hoy es suficiente; no planifiquéis para mañana, ni siquiera para el próximo momento.
El hoy termina, y entonces llega el mañana, fresco e inocente, y se abre sin un manipulador.
Se abre por su propia voluntad, y sin el pasado. Eso es gracia.
Observad una flor abriéndose por la mañana. Seguid observando... eso es gracia. No existe esfuerzo... simplemente se mueve según la naturaleza. O contemplad a un gato al despertar... sin esfuerzo, con una tremenda gracia a su alrededor. La totalidad de la naturaleza está llena de gracia, pero el hombre ha perdido la capacidad de ser grácil, debido a las divisiones que hay en su interior.
Así que moveos y dejad que el momento decida, no intentéis dirigirlo. Eso es lo que yo
llamo dejarse llevar... y todo acontece debido a ello. ¡Dadle una oportunidad!

En una sociedad primitiva se acepta la totalidad del cuerpo.
No hay condena. Nada es inferior y nada es superior. Todo simplemente es.

El yoga no es suficiente. Os hace muy controlados, y todo tipo de control es una especie
de represión. De modo que reprimís y luego olvidáis todo sobre la represión. Pasa al
estómago, y esas cosas reprimidas se juntan cerca del diafragma. El estómago es el único
espacio al que podéis seguir arrojando cosas; en ningún otro sitio hay espacio.
El día que vuestro control explote, os sentiréis tan libres y vivos. Os sentiréis renacidos,
porque conectará vuestro cuerpo dividido. El diafragma es el sitio donde el cuerpo se halla
dividido, el superior y el inferior. En las antiguas enseñanzas religiosas, el inferior está
condenado y el superior parece algo realmente elevado, superior, más sagrado. No es nada. El
cuerpo es uno y esta bifurcación resulta peligrosa; os escinde. Poco a poco comenzáis a negar
muchas cosas en la vida. Aquello que excluís de vuestra vida algún día se tomará su
venganza. Os llegará como una enfermedad.
Ahora algunos investigadores científicos afirman que el cáncer no es nada más que
demasiado estrés en el interior. El cáncer existe solo en las sociedades muy reprimidas, de lo
contrario, no. Cuanto más civilizada sea una sociedad, más posible es el cáncer. Cuanto más
cultivadas estén las personas, más posible es el cáncer. No puede existir en una sociedad
primitiva, porque en una sociedad primitiva se acepta la totalidad del cuerpo. No hay
condena. Nada es inferior ni nada es superior. Todo simplemente es.

Cuando utilizo la palabra ignorancia, no la empleo en un sentido negativo. No me
refiero a ausencia de conocimiento. Aludo a algo fundamental, muy presente, muy
positivo. Es como somos. Es la misma naturaleza de la existencia la que permanece
misteriosa, y ese es el motivo por el que es tan hermosa.
Todo el conocimiento es superfluo. El conocimiento como tal es superfluo. Y todo el
conocimiento crea solo una ilusión de que sabemos... pero no sabemos. Podéis vivir toda la
vida con un hombre, y podéis pensar que lo conocéis... pero no lo conocéis. Podéis dar a luz,
y podéis pensar que conocéis a vuestro bebé... pero no lo conocéis.
Sea lo que fuere lo que creemos saber, es muy ilusorio. Alguien pregunta: «;Qué es el
agua?», y vosotros respondéis: «H20». Eso es simplemente un juego. No se sabe lo que es el
agua, ni lo que es la «H» ni la «O».
Estáis etiquetando. Alguien pregunta qué es esa «H», ese hidrógeno... y recurrís a las
moléculas, los átomos, los electrones... pero una vez más estáis dando nombres. El misterio
no está acabado... el misterio solo se ha postergado y al final solo queda una tremenda
ignorancia. Al comienzo no sabíamos qué era el agua, ahora no sabemos lo que es el electrón,
de manera que no hemos arribado a ningún conocimiento. Hemos jugado al juego de dar
nombres, de colocar en categorías, pero la vida sigue siendo un misterio. La ignorancia es tan
profunda y tan definitiva que no se puede destruir. Y una vez que lo entendéis, podéis reposar
en ella. Es tan hermosa, tan relajante... porque entonces ya no queda adónde ir. No hay nada
que saber, porque no se puede saber nada. La ignorancia es definitiva. Es tremenda , vasta.

Pasad de la ira a la creatividad y de inmediato veréis que en vosotros surge un
gran cambio. Y mañana las mismas cosas no parecerán excusas para estar enojado.

De cien personas enojadas, cerca del cincuenta por ciento sufre de demasiada energía
creativa que no ha sido capaz de poner en uso. Su problema no es la ira, aunque durante toda
su vida seguirá pensando que sí lo es. En cuanto un problema se diagnostica correctamente, la
mitad se ha solucionado.
Centrad vuestras energías en la creatividad. Olvidaos de la ira como problema,
soslayadla. Canalizad vuestra energía hacia más creatividad. Lanzaos a algo que améis. En
vez de hacer que la ira sea vuestro problema, dejad que la creatividad sea el objeto de vuestra
meditación. Pasad de la ira a la creatividad y de inmediato veréis que en vosotros surge un
gran cambio. Y mañana las mismas cosas no parecerán excusas para estar enojado, porque
ahora la energía se mueve, está canalizada, está siendo sublimada, disfruta de sí misma, es
danza. ¿A quién le importan las cosas pequeñas?


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