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miércoles, 10 de abril de 2013

LA MATRIZ DIVINA 2








LA MATRIZ DIVINA 2



En una cita de sus notas autobiográficas, por ejemplo, Albert Einstein compartió su creencia
de que somos esencialmente observadores pasivos viviendo en un universo que ya está en
su lugar, en el que parecemos tener muy poca influencia: "Allá a lo lejos hay un mundo
enorme," dijo, "que existe independientemente de nosotros los humanos y que se yergue
ante nosotros como un enorme y eterno acertijo, por lo menos parcialmente accesible para
nuestra inspección y raciocinio."
En contraste con la perspectiva de Einstein, todavía predominante en muchos científicos
actuales, John Wheeler, físico de la Universidad de Princeton y colega de Einstein, ofrece
una visión radicalmente distinta de nuestro papel en la creación. En términos que son
osados, claros y gráficos, Wheeler dice: "Antes teníamos un concepto antiguo de que había
un universo ahí fuera, [énfasis del autor] y que aquí estaba el hombre, el observador,
protegido con toda seguridad del universo por una losa de vidrio templado de 15 centímetros
de grosor." Refiriéndose a los experimentos de finales del siglo XX, que nos demuestran
cómo simplemente al mirar algo, ese algo cambia, Wheeler continúa: "Ahora hemos
aprendido del mundo cuántico que incluso para observar un objeto tan minúsculo como un
electrón, debemos destrozar ese vidrio templado: tenemos que ponernos en contacto con el
otro lado... Entonces, el antiguo término de observador debe ser sencillamente tachado de
los libros, y debemos añadir la nueva palabra: participante.


¡Qué cambio tan radical! En una interpretación totalmente distinta de nuestra relación con el
mundo en el que vivimos, Wheeler afirma que es imposible que solamente observemos que el universo que nos rodea suceda. Los experimentos en física cuántica, de hecho, demuestran que simplemente al observar algo tan pequeño como un electrón, enfocando nuestra conciencia en lo que el electrón está haciendo por hasta un sólo instante, sus
propiedades cambian. El experimento sugiere que el puro acto de observar es un acto de creación, y que esa conciencia está realizando la creación. Estos descubrimientos parecen apoyar la propuesta de Wheeler de que ya no podemos considerarnos puramente como espectadores que no tenemos efecto en el mundo que observamos.

http://www.youtube.com/watch?v=R2kPFfzdr0Y&feature=youtu.be


Puede ser útil pensar en la Matriz Divina como una manta cósmica que comienza y termina
en el dominio de lo desconocido, y comprende todo en el intermedio. Esta cubierta tiene
muchas capas de profundidad y está en todas partes todo el tiempo; ya está colocada en su
lugar. Nuestros cuerpos, vidas y todo lo que conocemos, existe y toma lugar en el interior de
sus fibras. Desde nuestra creación acuática en el vientre de nuestras madres, hasta
nuestros matrimonios, divorcios, amistades y carreras, todo lo que experimentamos puede
concebirse como "arrugas" en la manta.
Desde una perspectiva cuántica, todo, desde los átomos de materia y desde una brizna de pasto hasta nuestros cuerpos, el planeta, y más allá, puede ser concebido como una "alteración" de la suavidad de la tela de esta manta del tiempo y espacio. Quizá no es coincidencia que las tradiciones antiguas espirituales y poéticas describan la existencia de
forma muy parecida. Los vedas, por ejemplo, hablan de un campo unificado de "conciencia pura" que impregna y penetra toda la creación. En estas tradiciones, nuestras experiencias de pensamientos, sentimientos, emociones y creencias (y todo el juicio que ellos crean) son vistas como alteraciones, interrupciones en un campo que de lo contrario sería liso y e inmóvil.De manera semejante, la obra del siglo VI, el Hsin-Hsin Ming (que traduce Versos de la fe y la mente) describe las propiedades de una esencia que es el anteproyecto para todo en la creación. Llamado el Tao, va más allá de las descripciones, al igual que lo vemos en los textos védicos. Es todo lo que es; el contenedor de todas las experiencias, así como la experiencia misma. El Tao es descrito como perfecto: "como el vasto espacio en donde no hace falta nada y no hay nada en exceso."
De acuerdo con el Hsin-Hsin Ming, es solamente cuando perturbamos la tranquilidad del Tao a través de nuestros juicios que la armonía nos evade. Cuando esto inevitablemente ocurre, y nos encontramos atrapados en sentimientos de ira y separación, el texto ofrece guías para remediar esta condición: "Para volver directamente a la armonía en esta realidad, cuando surja la duda, diga simplemente: 'No dos.' En este 'no dos' nada está separado, nada está excluido."
Aunque admito que vernos a nosotros mismos como una alteración de la Matriz puede quitarle un poco de romanticismo a nuestra vida, nos proporciona una manera poderosa para conceptualizar nuestro mundo y a nosotros mismos. Si por ejemplo, deseamos formar relaciones nuevas, sanas y que reafirmen nuestras vidas, dejar que entre a nuestras vidas el romance que sana o atraer una solución pacífica en el Medio Oriente, debemos crear una nueva alteración en el campo, una que refleje nuestro deseo. Debemos hacer una nueva
"arruga" en la materia de la cual están hechos el espacio, el tiempo, nuestros cuerpos y el mundo.Esta es nuestra relación con la Matriz Divina. Nos han dado el poder de imaginar, soñar y sentir las posibilidades de la vida desde la Matriz misma, para que podamos reflejar de regreso hacia nosotros lo que hemos creado. Tanto las tradiciones antiguas como la ciencia moderna han descrito el funcionamiento de este espejo cósmico; es el caso de los experimentos que compartiremos en los siguientes capítulos, y hasta demostraremos cómo funcionan estos reflejos en el lenguaje de la ciencia. Sin duda alguna, aunque estos estudios pueden resolver algunos misterios de la creación, también abren la puerta a preguntas incluso más profundas respecto a nuestra existencia.

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