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domingo, 21 de abril de 2013

POHNPEI EL SECRETO 4

         
           POHNPEI EL SECRETO 4



Como estabamos comentando en el anterior articulos , en la isla de Pohnpei , hay relatos de los fundadores de la isla que son identicos a los relatos de la biblia,el budismo etc...si no vean este relato.
Y aún dentro de los símiles que la narración de Iso Kalakal ofrece con textos bíblicos y la actuación
de una inteligencia coordinadora que tras los fenómenos allí expuestos puede adivinarse, cabe llamar la
atención sobre lo que el emisario celeste comunica a Ana (la madre de María) y a su desconsolado marido
Joaquín, tras haberles anunciado por separado la gestación de la primera, estando ella en casa y su marido
en las montañas, de acuerdo con el texto del Evangelio de la natividad de María. En rápido desplazamiento
de uno a otro lugar, les arregla de esta guisa su encuentro: «Cuando llegues a la Puerta Dorada de Jerusalén,
encontrarás a Ana tu mujer, la cual, inquieta hasta hoy por tu retardo, se regocijará sobremanera, al volver a
verte. Y dicho esto, el ángel se separó de Joaquín». Para alejarse por los aires y plantarse oportunamente
ante Ana para anunciarle aproximadamente lo mismo que a su marido y acabar ordenándole en el momento
justo que se dirija a la Puerta Dorada en donde «a manera de signo encontrarás a tu esposo, sobre cuyo
paradero anda inquieta tu alma». Otro ser volante e inteligente —simbolizado aquí en la figura de un pájaro
— arregla también una cita para Iso Kalakal en el texto phonpeyano transcrito: «Se les acercó volando un
pájaro. El pájaro contó a la gente que había en la canoa; y también quiso averiguar qué se proponían. Y les
dijo que se dirigieran a Ant y que visitaran a Saulik en Ant. Después de lo cual el pájaro levantó el vuelo y
le anunció a Saulik en Ant que una canoa le visitaría». Etcétera. Por otra parte, el pájaro que guía a los
seguidores de Iso Kalakal hasta su nueva tierra, vuelve a hacer su aparición como imagen-símbolo en el
águila (o grulla) que guía a los aztecas hasta su definitivo asentamiento en México. En efecto, cuenta la
tradición azteca que su dios Huitzilopochtli acompañó a sus antepasados durante más de siglo y medio en
un éxodo de unos 3.000 kilómetros en forma de un gran pájaro, que les iba mostrando la dirección en que
debían avanzar hacia su tierra prometida. Añade la tradición, tal y como nos lo cuenta fray Diego Duran,
historiador contemporáneo de la conquista, que cuando llegaban a un lugar para permanecer en él por un
tiempo, «lo primero que hacían era construir un templo que sirviese para alojar el cofre en que llevaban a su
dios». Esto último nos remite directamente al otro cofre, al arca de la alianza que —igualmente vinculada a
su dios Yahveh— portaban los israelitas en su éxodo de Egipto a través del Sinaí, guiados —también ellos,
una vez más— por su dios mediante un artilugio volante inteligentemente guiado: la nube o columna de
fuego y humo que lo mismo los alumbraba por la noche, que les daba sombra de día, y principalmente les
señalaba el camino que debían tomar. Y aquí debo recordar aún la otra tradición reservada según la cual Iso Kalakal arribó a Pohnpei volando en una nube.Otros elementos interesantes nutren una narracion de Iso Kalakal . En ella aparecen por ejemplo a 
través del número de los héroes y de los integrantes totales de la expedición, las claves numéricas 9 y 333 ya comentadas. Y dignas de atención son las piedras mágicas que cada integrante porta, y que nos indican el recuerdo de un arma mágica. La narración concreta que las piedras pesan entre cinco y diez libras, que están pulidas o bruñidas, y que su poder o su fuerza reside en su interior: «había espíritus en las piedras».

(príncipe maravilloso). ISO por descontado significa eso, «príncipe» y, para aquellos que quieran seguir
este hilo, les diré que sigan la pista de la radical is a lo largo de la historia de la humanidad. Pueden
comenzar por el otro príncipe maravilloso. Isa, y sin darse cuenta el hilo les llevará a cristalizaciones en
cadena. Regresaremos inmediatamente a los legados bíblicos, pero antes quiero narrar la tradición exotérica
vulgarizada de la muerte y sepultura de Iso Kalakal, para pasar luego al conocimiento oculto. Ésta es la
breve narración popular que refiere la muerte por suicidio del príncipe:
«Aconteció que tras haber conquistado la región de Matolenim, Iso Kalakal dispuso todas las cosas
de forma tal que todos estuvieran satisfechos. Cierto día paseaba por Pan Katera. Quiso dirigirse a Pei kap.
Se dirigió primeramente al pozo excavado en el arrecife y conocido por Nam u ias. Miró al agua allí y
advirtió que se había convertido en un anciano, ya que su cabeza mostraba cabellos canos. Se avergonzó
por ello ante su gente. Y regresó de inmediato a Pan Katera. Allí se fabricó una especie de cuerda, una
teriok en Gatau. Con ella se dio muerte. A la mañana siguiente fue hallado sin vida. Fue avisado el
Naniken. Éste lo llevó a Nan peí nías en Pan Kitel y allí lo enterró. Luego fue venerada la sepultura. Ningún
subdito ordinario, ni ningún noble, ni tsopeiti ni seriso, podían acercarse a la misma»

Volviendo a la versión transmitida en secreto por los iniciados, afirman éstos que Iso Kalakal jamás fue
enterrado en Nan pei nias, sino que su cuerpo fue envuelto en una estera y depositado en el mar, «para que
nadie viera cómo era».Todo un argumento. ¿Cómo era, para que la prudencia aconsejara que nadie lo viera? Solamente
poseemos dos datos: sus ojos radiantes y chispeantes eran rojos, y su figura era distinta que la de los demás
humanos. Extraño, dicho así. Sorprendente, una vez más, cuando leemos lo mismo en los libros sagrados
del otro lado del Globo: así, el relato bíblico de Daniel, cuando describe (Daniel 10, 6) a los contactos —
seres volantes que le anuncian los hechos venideros con pelos y señales— lo hace de esta forma tan poco
divina y, en cambio, tan tecnológicamente avanzada para su época (y ruego al lector preste atención a su
descripción de los ojos de estos seres): «Su cuerpo era como el crisólito; la cara, como el fulgor del
relámpago; los ojos, como antorchas de fuego; los brazos y las piernas, como el reflejo del bronce pulido; el
sonido de sus palabras, como el murmullo de una multitud». Ciertamente, una figura distinta. Que
reaparece, con sus refulgentes ojos, en otro pasaje: «Su naturaleza no es como la naturaleza de los
hombres» y «su naturaleza es diferente y no es como nosotros; sus ojos son como los rayos del Sol», leemos
en el «Fragmento Noachico» del Libro de Henoch. Y lo dice Lamech sospechando que el hijo que acaba de
dar a luz su mujer Bathenosh no era fruto suyo, sino de un vigilante o hijo del cielo. El singular niño bíblico
sería el futuro Noah. Singulares personajes son los que, en la antigüedad, encauzan en un sentido o en otro
el destino de los seres humanos, en todas las latitudes del planeta y en todas las culturas. Volvamos a
nuestra isla.

«Rigurosamente observaron los pohnpeyanos en tiempos antiguos los preceptos que debían cumplir
en el trato con sus montsap». (Jefes). «Nadie debía pisar la casa del montsap. Nadie debía mirar a la mujer
del montsap. Si alguien se cruzaba en el camino con la mujer de un montsap, debía esconderse, puesto que
no debía mostrarse a la mujer. Cuando alguien se cruzaba en su camino con un montsap, debía acurrucarse
en el suelo hasta que el montsap hubiera pasado junto a él; entonces podía levantarse y proseguir su camino.
Y cuando el montsap se hallaba en su casa y alguien pasaba por delante de la misma, debía de hacerlo
inclinándose hasta que hubiera rebasado la casa; después de lo cual podía volver a erguirse. Y cuando un
montsap llamaba a alguien, éste debía contestarle en voz baja, como muestra de respeto hacia el montsap.
Cuando por otra parte un montsap le daba algo a alguien, el interesado debía inclinarse y arrodillarse y
tomar algo o darle algo al montsap. Cuando el montsap estaba furioso, había que traer mucho sakau y
efectuar expiaciones. Y si el montsap estaba muy furioso, tomaba una piedra y la lanzaba contra el
responsable, que debía entonces apresurarse a traerle sakau y volver a efectuar expiaciones hasta haber
complacido al montsap. Nadie debía comer pescados, cerdos ni perros grandes; y en la época de la cosecha,cuando todos los árboles llevaban frutos, nadie debía comer frutas del pan antes de haberle ofrecido algunas al montsap; después de habérselas ofrecido, podía comer de las mismas». En este contexto quiero señalar que también entre los lamas del Himalaya existe la costumbre de que la persona de rango inferior debe situarse siempre en un plano de estatura inferior a la de rango superior, en señal de respeto hacia la misma.

Mirando la obra creada por Iso Kalakal en la isla desde una perspectiva de un proyecto de control
mundial de los núcleos humanos, parece claro que vino para inyectar una mayor complejidad en la
estructura de control del área concreta de la isla. Cuanto más diversificadas se van haciendo, a medida que
crece la raza humana como tal, las bases y los peldaños intermedios de la pirámide del control mundial,
menos posibilidad tiene cada uno de los bloques de los estratos inferiores e intermedios de conocer la identidad y el propósito real de la cúspide de la pirámide. «Divide y vencerás».

Entre los elementos que forman parte de la narración de Iso Kalakal, figuraban los gigantes,
insinuados en las palmeras que asustaron a los integrantes de la expedición con motivo de su primer
avistamiento de las costas de Pohnpei. ¿Existen gigantes en la memoria tribal de los habitantes de la isla?
Desde luego, existen.Los datos hasta hoy recogidos apuntan hacia el hecho de que entre los años 1975-1976 fue localizado en el área comprendida entre los paralelos 3° N y 15° N y los meridianos 155° E y 174° E — según las informaciones más precisas en un enclave coralífero de Wotho Atoll o del cercano Lae Atoll, pero este extremo no lo he podido confirmar todavía— un artefacto —volante según una de las fuentes, estático según otra— que contenía el cuerpo de un ser de tamaño superior al humano, enfundado en una especie de traje de materia desconocida pero aparentemente metálica. Afirman dos de las fuentes que el citado cuerpo estaba cargado con algún tipo de radiación, pero este extremo está igualmente pendiente de confirmación.Según todos los indicios, el artefacto fue trasladado a una base norteamericana del área californiana. Ahí se pierde la pista.
Existieron tres tipos de seres humanoides gigantes en la antigüedad, de acuerdo con las nociones transmitidas por los conocedores de la tradición. Un tipo estaba integrado por individuos cuya piel era como la nuestra, y que podían volar surgiendo del océano. Otro tipo se asemejaba a los simios, y estos seres también volaban surgiendo del océano.

Es curioso observar una vez más que también en la epopeya india del Ramayana —y estamos reiteradamente aportando similitudes de fenómenos pohnpeyanos con otros de las áreas asiática y
americana que conectan en tiempos remotos con la historia de la isla— se afirma de su protagonista Rama:
«Mientras el gran mono volaba sobre las olas, el aire contenido en las cavidades de su cuerpo producía los
ruidos de una nube de tormenta; y hubiera podido compararse con un meteoro que, con su luminosa cola,
desde las regiones superiores se precipitara, atravesando el espacio».

El tercer tipo de gigantes estaba integrado por los más grandes de todos. Éstos no volaban, sino que trabajaban debajo del océano.Olosipe y Olosaupa construyeron Nan Matol precisamente en aquel enclave porque allí vieron luces debajo del agua,confirmó la tradición de la existencia de una ciudad
debajo de Nan Matol, ciudad conocida por los iniciados con el nombre de Kahnimweiso, la «ciudad de
nadie», perteneciente a ciertos espíritus que viven en el mar, e insisto en que el concepto de espíritu se
difumina con harta frecuencia en las narraciones pohnpeyanas con los de las divinidades y con las de seres
antropomorfos que realizan acciones que los humanos son incapaces de efectuar (en un fenómeno de
ambigüedad descriptiva por parte del observador comparable, en cierto modo, a la que comporta la figura
de los ángeles en los textos bíblicos).Islas de gigantes: ya Jurien de la Graviére, que recaló en Pohnpei en marzo de 1848 a bordo de la corbeta francesa La Bayonnaise, dejó escrito en su obra Voyage en Chine pendant les années 1847-1850 (Viaje a China durante los años 1847-1850) que «las tradiciones se remontan en Pohnpei hasta las fabulosas épocas en que una raza de gigantes poblaba el mundo insular polinésico». Y Paul Hambruch apunta en 1910: «Al igual que en Kusaie y en las islas cercanas a Truk, proliferan las historias que hacen referencia a una raza de gigantes de piel clara, los Kona, que procedían del sur y devoraban hombres. Se dice que están enterrados en las «tumbas de gigantes», una de las cuales me fue mostrada en Kipar, en Kiti, y otra en Tsap o takai. Estas tumbas son terraplenes de 20 a 25 metros de largo, 4 metros de ancho y 2½0 a 3 metros de altura». Nadie hasta hoy ha acometido la tarea de averiguar qué se esconde en estos terraplenes.

La «Historia de dos gigantes» reza: «En tiempos antiguos hubo aún otro tipo de hombres en
Pohnpei. Eran muy fuertes, muy altos y largos. Median de 10 a 20 brazas de largo. También eran muy
fuertes. Pero tenían buenas intenciones, no mataban ni combatían a los hombres, sino que se combatían
entre sí. Algunos de ellos se llamaban: Uar rikerik, Uar tinetin, Sau muin kap en pil, Uar i Kitam y Koliran.
Éstos son algunos de sus nombres. Cierto día Sau muin kap en pil y Uar i Kitam estaban trabajando juntos
en Sokoleh. Pero su construcción no acababa de tener éxito, puesto que un pulpo y un pájaro se estaban
peleando en el mar y ocasionaron un fuerte oleaje. Sau muin kap en pil pidió entonces a Uar i Kitam que
fuera a ver cuál era la causa de la destrucción de su obra. Uar i Kitam fue a ver y halló al pulpo y a pájaro
enzarzados en una pelea en el mar, les dio muerte y los comió. A causa de ello le invadió un fuerte calor,
intentó regresar a casa y se tumbó en un lugar llamado Nan uon iap y se quedó inmóvil, puesto que estaba
excesivamente acalorado por haber ingerido el pulpo y el pájaro. Entonces bajó del cielo un hombre
llamado Sauria, que tomó un coco y se lo colocó debajo de la cabeza. Y Sau muin kap en pil seguía
esperando. Como su compañero no regresaba, decidió ir en su busca y lo halló finalmente estirado en Nan
uon iap. Se encolerizó por ello Sau muin kap en pil, calentó unas piedras, las introdujo en la boca de Uar i
Kitam y lo mató». La narración «De los tiempos antiguos» insiste: «Hubo diversos tipos de hombres, ya
que algunos eran muy fuertes.Tan fuertes eran, que eran capaces de levantar mil libras; este tipo de
hombres se llamaban gigantes, eran inmensamente altos; por ello eran también tan fuertes». Finalmente, la
narración «El gigante del mar y el gigante de tierra», termina con estas frases: «Luego tomó al Kaneki en
matau lapalap, lo golpeó contra su rodilla, le quebró con ello la espalda y lo mató. Después de lo cual se
convirtió en dueño del país, este hombre que tan fuerte era, y esta clase de seres se llaman gigantes. Estos
seres eran fuertes y dominaban la magia, por lo cual eran temidos por los espíritus comunes. Los espíritus
también les ayudaban en su quehacer, en sus acciones y en sus milagros. Estos seres ya no existen en
Pohnpei».


 SALAPWUK


De los muchos lugares que son tabú en Pohnpei, Salapwuk es sin discusión el más sagrado,alli nace toda la leyenda de Pohnpei , la primera piedra que avistaron las nueves parejas en la canoa , en sus montes estan los celadores o sociedad secreta del saber que ha quedado , despues que se fueron los instructores venidos del cielo.

Nueve parejas llegaron en un principio a la roca sagrada de Pohnpei, que constituye el inicio del secreto de Salapwuk. Aquí, cada nueve meses se reunían —como ya dejé dicho— todos los sacerdotes, para celebrar un encuentro sacerdotal de cuatro días de duración (en donde vuelve a aparecer la constante 4 ya comentada). ¿Por qué en Salapwuk? Porque Salapwuk es el principal enclave de culto de la isla. Aquí tenía su sede el jefe de la hermandad secreta de los tsamoro. Durante estos cuatro días se celebraban cada nueve meses ceremonias sagradas sobre las que ningún extraño averiguó nunca nada, ya que se desarrollaban en el más estricto secreto. A ello contribuyó el extraordinario temor al castigo de los dioses —también aquí— por la revelación indebida de los secretos religiosos. Ya el Eclesiástico (27:21 [23-24]) advierte: «Porque una herida se puede vendar, pero no hay esperanza para el que reveló secretos». Hoy como ayer, estos montes no han dejado de ser el lugar tabú más sagrado de la isla.Aparte de ser éste el lugar en el que está la roca original, existen narraciones legendarias que apuntan claramente hacia el recuerdo de una inundación total de la isla, de un diluvio: «Las inundaciones arrancaron toda la tierra de la isla». Después de haberse retirado nuevamente las aguas, alguien procedió a construir un túmulo de rocas en Salapwuk, en Kiti.Y considerando que Salapwuk debe su razón de ser a la primera piedra, a la piedra angular, hay que aportar aquí el dato de que en el escrito apócrifo Testamento de Salomón, la piedra angular es aquella que se pone encima de la puerta del templo. En un plano especulativo, quiero señalar aquí que —reuniendo todo el material y conocimientos recopilables en y sobre Pohnpei— se queda uno con la sensación de que ni Salapwuk ni Nan Matol son los auténticos centros del enigma. Sino que serían solamente los relativamente modernos monumentos conmemorativos de lo que en aquellos lugares hubo en un pasado más remoto, y que acaso se conserve en las profundidades, allí mismo. De un paréntesis entre dos etapas habitadas de la isla nos hablan tanto los recuerdos del diluvio como la curiosa narración que ahora sigue:

«También hubo en tiempos antiguos en Pohnpei una noche sin fin. Un hombre llamado Saum
profetizó que llegaría la noche interminable. Se preparó bien para su llegada, se procuró alimentos, madera
para el fuego, y se acondicionó el lugar en el que quiso instalar el hogar en su cabaña. Estaba ya próximo el
tiempo en que debía llegar la noche. Entonces plantó un plátano, llamado ut en iap (el plátano del extranjero). El día en que plantó allí el plátano, reinó la oscuridad y no resplandeció ninguna luz. Mucha
gente murió de espanto a causa de la oscuridad, otros de hambre. Mientras tanto el plátano creció
vigorosamente. Transcurrió un largo período de tiempo; nadie sabía si habían transcurrido uno o dos años.
La noche eterna duró hasta que brotaron frutos del plátano. Duró hasta el momento en que cayeron del
plátano los restos de las flores de los frutos. Saum vigilaba atentamente el plátano, observando cuándo
maduraban los frutos, ya que sabía que cuando el plátano diera frutos, volvería a amanecer. Cuando
brotaron los frutos, cayeron las hojas de las flores del plátano. Muchas hojas de flores cayeron. Saum oía
cómo caían. Le ordenó a su muchacho que mirara qué era lo que caía del plátano. El muchacho prendió una
antorcha para ir a mirar y halló lo que había caído del plátano. Se lo llevó a su padre. Cuando Saum lo vio,
dijo que había transcurrido la mitad de la noche, y que pronto amanecería. Y el día estaba cercano. Clareó
por el Este. Y el día se iluminó rápidamente cual el rayo y bajo un estruendo que sonó como un tremendo
trueno. La gente se extrañó de la luz y comenzó a bailar, muriendo muchos de alegría. Toda Pohnpei se
iluminó. Únicamente en un pequeño lugar no se hizo la luz; un lugar que yace en las montañas, de nombre
Salapwuk, que se halla en Kiti. Aquí la noche interminable prosiguió eternamente. Takain Pun ("Roca de la
noche") se llama el lugar en el que la noche eterna perdura hasta hoy. Éste es el lugar en el que vivía Saum,
y cuando un Saum moría, otro ocupaba su lugar. Así fue hasta hoy en día. También oraban a Nan Tsapue».

Saum, en la precedente narración, era un hombre que conocía el futuro. Olosipe y Olosaupa, los
hermanos ingenieros que construyeron Nan Matol, disponían de un dominio amplio de las artes mágicas.
Mas no son los únicos. Los fenómenos mágicos son algo inherente a la historia antigua de la isla de
Pohnpei. Aún sin salirnos de Salapwuk ni de las predicciones de los Saum, hallamos aquí la predicción de
la llegada de Iso Kalakal, cuyo detalle debe añadirse a los ya apuntados con referencia a la llegada del
mencionado conquistador. Ésta es la narración que recuerdan los nativos:

«En Salapwuk vivía antaño un sacerdote, que predecía lo que había de ocurrir. Así, vaticinó que
arribaría a Pohnpei una canoa para sojuzgarla». (Ya apunté anteriormente anuncios similares acaecidos en
el contexto de la conquista de América). «Se dirigió al Sau Telur y le contó que aparecería ante Pohnpei una
flota bélica. Sau Telur preguntó: "¿Quién dice eso?" Contestó: "Yo mismo lo predigo". A lo que Sau Telur
le dijo: "¡Toma tu nuez y aléjate, puesto que mientes!" El sacerdote regresó a casa. Cuando llegó a Leliarun
tiró la nuez. Continuó su marcha hacia Salapwuk. Allí hizo un conjuro para que la flota acelerara su llegada,
ya que estaba furioso contra Sau Telur. Y al cabo de poco tiempo apareció la flota de guerra. Sau Telur fue
combatido. Con lo que el sacerdote se volvió a sentir satisfecho».

Hablé ya de la tradición según la cual aquí, en Salapwuk, se lograba atraer la lluvia en épocas de
sequía. También se lograba lo contrario, o sea convocar el cese del viento, las lluvias y el trueno;Muy recordado por sus grandes artes mágicas es el poderoso Lapona, inventor del tatuaje y generador de maldad: «Lapona fue en tiempos antiguos un gran sacerdote en Matolenim. Se sentaba a la izquierda del primer Sau Telur. Probaba el primer sakau y pronunciaba el primer ounai o conjuro mágico que condicionaba la presencia de Nanulap, el más alto, de todos los espíritus o demonios locales, que
gustaban de ser venerados cuando se organizaban fiestas o danzas en la gran cabaña. Siendo el segundo en
el estado, el conservador de la ciencia real, y al mismo tiempo el confesor, se sentaba en el consejo. Su pelo
ondulado, que jamás conoció corte alguno, caía según la costumbre de su vieja casta sobre su cintura;
estaba coronado con las hojas amarillentas del drago; su patkul o hacha de concha colgaba en diagonal
sobre su hombro y su irar o bastón mágico tallado yacía junto a él. Entre sus dedos portaba un manojo de
hojas alek de juncos, con las cuales se efectuaban predicciones. Éste era el mago, y tal fue su aspecto. Y fue
más inteligente que todos los hombres juntos. Mas el amor por sus semejantes no se le daba en absoluto.
Pues su corazón era frío, y se divertía haciendo el mal y jugándoles malas pasadas a sus compañeros.

causa de ello, la gente sigue teniéndoles un sagrado temor a los milagros de Lapona». Mas Lapona acabó
siendo expulsado —según la leyenda— de Matolenim: «Vivió antaño en Matolenim un hombre llamado
Lampoi tsapal». (Lampoi tsapal es el otro nombre bajo el que se recuerda a Lapona). «Las gentes de
Matolenim no le querían, puesto que no era bueno y sí en cambio dado a todas las maldades. Cierto día se
reunieron para decidir darle muerte. Cuando le hubieron prendido logró evadirse, acosándole todos hacia
Nan Tauas, para cogerlo allí dentro. Una vez dentro, no vio lugar por el cual poder salir, ya que le cerraron
la entrada. Pero era un hombre conocedor de la magia y muy fuerte; tomó una viga, abrió brecha, salió,
huyó y se dirigió a Kiti. Allí construyó los edificios que hay en Tol en Kiti, para que se le relacionara con
Matolenim, ya que tenía a Matolenim en gran estima, y dado que allí ya no podía regresar, erigió las
construcciones en Kiti y les dio los nombres de Matolenim, para que fuera recordado en relación con
Matolenim».

También eran personas distintas los profetas que sabían vaticinar los cambios meteorológicos. Y
volvemos a enlazar con Salapwuk, como sucede indefectiblemente cuando tocamos los conocimientos ocultos de la isla. Así lo recuerda la memoria de los conocedores de la historia pohnpeyana: «Antiguamente hubo en Pohnpei un género de hombres de los que también se cuentan hechos milagrosos, ya que formaban una especie de profetas que predecían cuándo se produciría un tifón. Les decían entonces a todos cómo y cuándo llegaría. La gente aseguraba entonces sus cabañas contra el gran viento que se avecinaba. Y cuando el gran viento llegaba, todos se encontraban bien porque habían asegurado sus viviendas. Se cuentan hechos milagrosos de estos hombres, ya que cuando se enfadaban con la gente, eran capaces de provocar un tifón que destruía todas las cosas en los lugares que habitaban los nativos. Éstos reunían entonces rápidamente raíces de sakau y se las llevaban a los adivinos. Entonces la situación mejoraba rápidamente, puesto que sus oraciones surtían efecto porque oraban a Luk. Por ello se cuentan de ellos hechos milagrosos, ya que Luk tanto en tiempos antiguos como modernos fue siempre un hombre que producía milagros. Este tipo de personas ya no abunda hoy en día en Pohnpei, ya que están en proceso de extinción. Hubo aún algunos hasta su muerte, y uno de ellos, del cual se explicaban acciones milagrosas, vivía en Salapwuk. A este tipo de personas se les llamaba observadores de las estrellas».«Oraban a Luk (...), ya que Luk (...) fue siempre un hombre que producía milagros», acabamos de
leer. ¿Un hombre? Al mismo tiempo, es la máxima expresión de la noción de la divinidad. La compleja
panorámica religiosa de la isla de Pohnpei, que combina e interrelaciona permanentemente al ser humano
con espíritus que adquieren forma humana y con seres celestes que conviven con el ser humano en la
Tierra, se distingue, a primera vista, por la ausencia de un auténtico dios. Las divinidades son seres que
tanto se pasean por la isla como ascienden a las alturas.

Recordemos que un sacerdote que conocía el conjunto de toda la doctrina secreta era un Sau Rakim. Vimos
que existen narraciones que afirman que en la antigüedad los Sau Rakim eran seres distintos. La cabeza
visible y montsap de la sociedad secreta de sacerdotes de los tsamoro, el Aulik o Saum, residía en
Salapwuk, y ya vimos que los rituales que allí se celebraban cada nueve meses transcurrían —bajo pena de
muerte en caso de una filtración— en el más estricto secreto. Vimos también que el sacerdote establecía
contacto con la divinidad o con el espíritu por medio del ritual del sakau, que es bebida sagrada para todo
pohnpeyano consciente de sus orígenes. El sakau propicia la manifestación del espíritu o de la divinidad,
puesto que no existe en Pohnpei imaginería sagrada alguna ni representaciones gráficas ni escultóricas de
ser divino o espiritual alguno. El sacerdote se sume en estado mediúrnnico y establece contacto con el ser
superior, contestando así como uar en ani, o sea como «canoa del espíritu» —un concepto casi egipcio— a
las preguntas que se dirigen a la divinidad o al espíritu correspondiente.

Me parece oportuno recordar en este contexto la sesión mediúmnica descrita en la narración de Isobau, que ya transcribí íntegramente con anterioridad. En lo que a la sesión mediúmnica se refería, cabe recordar que Isobau, un ser que había descendido del cielo, solía introducirse en determinadas personas que él mismo elegía. Con ocasión de celebrarse alguna fiesta, dichas personas, llamadas Tenuar, se introducían en una estera para dormir, llamada mol, que se disponía en posición vertical. Una vez dentro de la estera, Isobau se introducía en el Tenuar. Los presentes debían entonces ofrecerle un cuenco de sakau, después de lo cual les hablaba y les decía lo que debían hacer. Y si alguien no lo hacía, si alguien no le consultaba, debía morir.
O sea que hacian canalizaciones .











         ENTITADES SOBREHUMANAS

Obviamente, no podemos entrar en los conocimientos secretos de los sacerdotes de alto rango, en lo
que a entidades sobrehumanas que ellos conocen se refiere. Pero intentaré reflejar a grandes rasgos cuanto es posible averiguar al respecto. Básicamente, el pohnpeyano cree en dos grupos de seres sobrehumanos: las divinidades eternas, y los antepasados divinizados. No conocen la figura de un dios origen y cabeza de todo lo creado. Su concepto de lo sobrehumano se plasma en la imagen de energías, que ellos llaman espíritus, que pueden adoptar formas concretas, y así descender hasta la misma isla y convivir con sus habitantes. Visitas acompañadas de acciones mágicas o maravillosas. Sobre todas estas entidades espirituales domina un algo, una energía o espíritu —llámale divinidad si quieres— cuyo nombre desconocen. Esto se me antoja muy cercano al concepto del «Innombrable» o «Indecible». Paul Hambruch ya concluyó en 1910 que ya con la noción de una divinidad máxima comienzan las dificultades para ahondar en el mundo religioso de los habitantes de Pohnpei. A principios de siglo, escribía: «Sacerdotes ancianos declararon que todas las divinidades, por ejemplo el dios del trueno Nan Tsapue y Tau Katau, un dios fructificador, eran únicamente designaciones para distintas actividades de una única entidad superior.
Todas las manifestaciones naturales, cuales son el trueno, el rayo, el crecimiento, son Luk y equiparan a
este Luk a todas luces con el ser máximo. Puesto que Luk no habla, no se mueve. Si hablara, si se moviera,
el mundo se desplomaría a causa de ello».

«También le llaman Luk en lan o Naluk en lan y en las antiguas leyendas aparece Luk en el lugar de Nan Tsapue o de Tau Ka-tau». Más adelante, escribe: «Junto a estas grandes divinidades celestes, conocen aún a un gran número de habitantes celestes menos relevantes, llamados ton lan, a los que los cristianos gustan de equiparar a los ángeles. Los pohnpeyanos se dirigen a ellos y los usan como intercesores». De todas formas, la idea de la divinidad se diluye en múltiples aspectos que hacen imposible la concreción de los distintos conceptos. Así, tras la infiltración del Cristianismo en la isla, ha podido recogerse esta narración de los nativos, narración que aboga por la ausencia de una divinidad máxima, y que abunda en la impresión de que los antiguos habitantes de la isla pasaban de la actuación de entes espirituales a la de entes antropomorfos, no teniendo unos ni otros nada que ver con el concepto de una autoridad divina. Se diluyen más bien en una oscura amalgama los efectos de energías activas y de personajes que, no siendo propiamente humanos, conviven con los nativos y están dotados de poderes sobrehumanos. La narración procede de uno de los transmisores de la tradición en Kiti:
«Ciertamente en tiempos antiguos no se adoraba a Dios. Nada se sabía de él. Adorábamos a una serie
de espíritus. Se decía que estos espíritus eran muy poderosos, ya que habían germinado a partir de ellos, no
fueron creados, mas estaban dotados de extraordinarios poderes mágicos. Hacían que las rocas saltaran en
pedazos y decían luego que volvieran a juntarse. Hacían que los hombres enfermaran y los mataban: a
otros, los volvían a curar. Cuando llegaron a Pohnpei los barcos de los primeros europeos, los nativos
creyeron que se trataba de espíritus que llegaban desde la lejanía y que, viajando en sus vehículos, habían
aparecido ante Pohnpei». Ya vimos cómo algo similar sucedió en las costas americanas.

Bastante antes transcribí ya la narración del nacimiento de Luk, aquí en Pohnpei, en un pasaje que ciertamente habla de seres de conocimientos y recursos superiores a los de los humanos, pero extraordinariamente distantes del concepto de una divinidad. Resumidamente, recordaré que Kanekin Zapatan llegó desde un lugar desconocido a Pohnpei, acompañado de un grupo de personas que sabían volar. Al dedicarse a la rapiña, fueacechado y prendido por un jefe nativo, con cuya hija se casa. Urgido por sus acompañantes, reclama sus alas y su aditivo capilar para poder reunirse en las alturas con los suyos. Huye con la hija del jefe nativo, que en el trayecto da a luz a un niño distinto, dotado de grandes poderes mágicos: Luk, al que dejan en tierra mientras ellos prosiguen su vuelo. Más adelante, Luk enciende una hoguera, para ascender en su humo, sobre un tambor, al cielo. Al reencontrarse con sus padres, les recuerda que «me engendrasteis en la Tierra». La narración también afirma de él que «sabía andar sobre el mar». Fenómeno que ya conocemos de los textos bíblicos. ¿Quién se dedicaba en tiempos antiguos a repetir una y otra vez los mismos prodigios en puntos distantes del planeta?  Luk es un nuevo personaje a sumar a la larga lista de dioses que, más que eso, son personajes de conocimientos y recursos superiores a los seres humanos de la época.

Creo que ya hemos ahondado en las figuras Divinas que dicen las tradiciones de Pohnpei , en el proximo articulos hablamos de el origen de la raza humana en este contexto.

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