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miércoles, 7 de agosto de 2013

LA MATRIZ DIVINA 8

LA MATRIZ DIVINA  8

EL UNIVERSO NOS HABLA:
MENSAJES DE LA MATRIZ

Aunque hablamos con la Matriz Divina a través del lenguaje del sentimiento y las creencias, los capítulos previos describen también cómo la Matriz nos responde a través de los eventos en nuestras vidas. En este diálogo, nuestras creencias más profundas se convierten en el patrón para todo lo que experimentamos. Desde la paz en nuestro mundo hasta la sanación de nuestros cuerpos, desde todas nuestras relaciones y romances hasta la carrera
que seguimos, nuestra conversación con el mundo es constante e infinita. Puesto que no se detiene, es imposible que seamos observadores pasivos al margen de la vida...; si somos conscientes, por definición, estamos creando.
Algunas veces, el diálogo es sutil y a veces no. No obstante, independientemente del grado de sutileza, la vida en un universo reflejado nos promete que desde nuestros desafíos hasta nuestras alegrías, el mundo no es nada más (ni nada menos) que la Matriz reflejando nuestras creencias más profundas y verdaderas. Y esto incluye nuestras relaciones íntimas.
A pesar de que presentan reflejos honestos, algunas veces los espejos en los que nos vemos en otras personas, pueden ser los más difíciles de aceptar. También pueden convertirse en la vía más rápida hacia nuestra sanación.
Tanto la ciencia tradicional antigua como la moderna sugieren que lo que vemos, como las relaciones visibles de la "vida," no son ni más ni menos que el reflejo de las cosas que ocurren en otro dominio, un lugar que no podemos percibir desde nuestro lugar estratégico en el universo.
Podemos estar seguros que nuestras vidas nos están informando sobre eventos que ocurren en otro dominio de la existencia. No porque no podamos observar esos eventos quiere decir que no son reales. Como lo
sugieren las tradiciones antiguas, de hecho, ¡el mundo invisible es más real que el visible!
Como dice Bohm en la Introducción, sencillamente, no podemos atisbar esa "realidad más profunda" desde donde estamos en el espacio y el tiempo.
Aunque no podemos ver directamente ese dominio invisible, podemos tener una indicación de lo que está ocurriendo porque vemos su reflejo en nuestras vidas cotidianas. Desde esta perspectiva, nuestras experiencias diarias nos sirven como mensajes desde esas realidades más profundas, una comunicación desde el interior de la propia Matriz Divina. Así como también debemos comprender las palabras de cualquier lenguaje para entender su contenido, debemos reconocer el lenguaje de la Matriz Divina para beneficiarnos de lo que nos está diciendo.
Algunas veces los mensajes que llegan son directos y no hay forma de equivocarnos, pero otras veces, son tan sutiles que los omitimos totalmente. A menudo, sin embargo, podemos pensar que significan una cosa cuando, de hecho, nos están diciendo algo muy distinto.

LAS COSAS NO SON SIEMPRE LO QUE PARECEN

"Una repentina ráfaga de viento me golpeó en ese instante haciendo que mis ojos ardieran. Miré fijamente el área en cuestión. No había absolutamente nada fuera de lo ordinario.
'No puedo ver nada', dije.
'Sólo siéntelo' me dijo. [...]
'¿Qué? El viento?'
'No sólo el viento' replicó con firmeza. 'Puede parecerte que es el viento, porque el viento es lo único que conoces. "
En este diálogo, Don Juan, el brujo indio yaqui, le enseña a su alumno Carlos Castañeda sobre las realidades sutiles del mundo invisible. En su libro, Journey to Ixtian, Castañeda, antropólogo que documentaba el chamanismo, aprendió rápidamente que no podía confiar en los filtros de sus percepciones ya que había sido condicionado a hacerlo en el pasado.
Descubrió que el mundo está vivo en niveles que son tanto visibles como invisibles.
Por ejemplo, Castañeda había aprendido que siempre que un arbusto se movía a su lado y sentía el aire fresco contra sus mejillas, era el viento que se estaba moviendo.
En el ejemplo anterior, su maestro le recuerda que solamente parece como el viento porque eso es lo que él conoce. En realidad, podía ser el viento o la sensación de la brisa contra su rostro y fluyendo por su cabello, podía ser la energía de un espíritu tratando de darse a conocer. Castañeda descubrió rápidamente que dicha experiencia jamás volvería a tratarse de "sólo el viento".
A través de nuestros filtros de percepción, hacemos lo mejor posible para adaptarnos a nuestros romances, amistades, finanzas y salud en el marco que han establecido las pasadas experiencias. Aunque estas fronteras pueden funcionar, ¿qué tanto realmente nos sirven? ¿Cuántas veces hemos respondido a la vida de la forma que hemos aprendido de otras personas, en vez de basarnos en lo que nos ha enseñado nuestra propia experiencia?
¿Cuántas veces hemos impedido el flujo de mayor abundancia, de relaciones más profundas, o de trabajos más gratificantes porque se nos ha cruzado en nuestro camino una oportunidad similar a una de nuestro pasado y hemos salido corriendo en la dirección opuesta?

ESTAMOS SINTONIZADOS CON NUESTRO MUNDO

En el marco del contexto de la Matriz Divina, somos parte de cada brizna de yerba, de cada roca en cada arroyo y río. Somos parte de cada gota de lluvia e incluso del aire fresco que roza nuestros rostros cuando nos alejamos de casa a primera hora de la mañana.
Si tan profunda es nuestra conexión con todo en nuestro mundo, entonces tiene mucho sentido que debemos ver evidencia de esa conexión en nuestras vidas cada día. Quizá vemos de hecho precisamente dicha evidencia, y tal vez la vemos cada día, solamente que no siempre la reconocemos ni la notamos.
Todos sabemos que cuanto más tiempo estamos en la presencia de personas, lugares y cosas que nos rodean, más cómodos nos sentimos con ellos. Para la mayoría de nosotros, caminar por la sala de estar de nuestra casa, por ejemplo, nos hace sentir obviamente mucho mejor que entrar en la "sala" de un hotel en otra ciudad. Por más que el hotel pueda ser mucho más nuevo y que tenga las últimas telas, alfombras y tapicería, no se siente como estar en "casa." Cuando experimentamos algo de esa manera, nuestra comodidad proviene de la sintonización de la energía sutil que nos equilibra con nuestro mundo; llamamos a ese equilibrio: resonancia.
En algún grado, estamos en resonancia con todo,razón por la cual afectamos a los demás, a nuestro entorno y a nuestro mundo con tan sólo nuestra presencia. No es entonces sorprendente que cuando algo cambia en nuestro interior o en las cosas que nos rodean, esos cambios se manifiesten en nuestras vidas... y lo hacen.
Experiencia de Gregg Braden :
En la primavera de 1990, dejé mi carrera en la industria de la defensa en Denver y me fui a vivir temporalmente a San Francisco. Durante el día desarrollaba seminarios y escribía mi primer libro, mientras que por la noche trabajaba como consejero. Específicamente, ofrecía guía sobre cómo comprender el poder de las emociones en nuestras vidas y el papel que juegan en nuestras relaciones. Una de mis primeras dientas describió una relación que era un hermoso ejemplo de qué tan profunda (y qué tan literal) podía ser nuestra resonancia con Ella describía la relación de muchos años con el hombre de su vida como un "noviazgo
eterno." Durante más de diez años, habían estado en una relación que parecía estancada y sin esperanzas. Sus conversaciones respecto a casarse siempre terminaban en amargas discusiones, pero aun así no les iba bien separados y deseaban compartir sus vidas. Una noche, mi dienta describió una experiencia de resonancia que fue tan clara y poderosa que le dejó poca duda de que existía dicha conexión con nuestro mundo.
-Hábleme de su vida esta última semana, -le dije- ¿Cómo están las cosas en casa?
-¡Oh! no me va a creer las cosas que me han ocurrido, -comenzó -. ¡Qué semana más extraña! Primero, cuando mi novio y yo estábamos mirando la televisión sentados en el sofá, escuchamos un ruido muy fuerte en el baño. Cuando fuimos a ver lo que ocurría jamás podrá adivinar lo que vimos.
-No puedo siquiera comenzar a adivinar ni a imaginar, -dije-pero ahora estoy realmente
interesado... ¿qué ocurrió?"
-Pues bien, la tubería del agua caliente que está debajo del lavamanos explotó y la puerta del gabinete salió volando hacia la pared frente al lavamanos, -respondió.
-¡Caramba! -exclamé-. Jamás he oído hablar de algo así en toda mi vida.
-Eso no es todo, -continuó diciendo-. ¡Todavía falta! Cuando fuimos a la cochera por el auto, el calentador de agua había explotado y había agua caliente por todas partes. Luego, cuando sacábamos el auto hacia la calle, la manguera del radiador del auto explotó, y había líquido anticongelante caliente por toda la entrada de la cochera!
Escuché lo que decía esta mujer y de inmediato reconocí el patrón. -¿Qué estaba pasando
en casa ese día? -le pregunté-. ¿Cómo describiría su relación?
-Muy fácil de responder, -dijo sin pensarlo-. La casa había sido como una olla de presión.
De repente, se quedó callada y sólo me miró. -Usted no cree que la tensión en nuestra relación tenga nada que ver con lo ocurrido, ¿o sí?
-En mi mundo, -le respondí-, tiene todo que ver con lo que sucedió. Estamos sintonizados con nuestro mundo, y el mundo nos demuestra físicamente la energía de lo que experimentamos emocionalmente. A veces es sutil pero en su caso, fue literal: su casa reflejó literalmente la tensión que acaba de describir entre usted y su novio. Y lo hizo por medio de la propia esencia que ha sido usada por miles de años para representar la emoción: el agua. ¡Qué poderoso, claro y hermoso mensaje ha recibido del campo! Ahora,
¿qué va a hacer con él?"

Clave 17: La Matriz Divina sirve en nuestro mundo como reflejo de las relaciones que
creamos con nuestras creencias.
Reconozcamos o no nuestra conexión resonante con la realidad que nos rodea, ésta existe a través de la Matriz Divina. Si tenemos la sabiduría para comprender los mensajes que nos llegan a través de nuestro entorno, nuestra relación con el mundo puede ser un maestro poderoso. A veces, puede incluso ¡salvar nuestras vidas!

http://www.youtube.com/watch?v=9lJzOxui7XA

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