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viernes, 10 de mayo de 2013

MUNDIAL ORDEN NUEVO 5


MUNDIAL ORDEN  NUEVO  5



“El sufrimiento es el resultado de estar el alma en esclavitud de la materia; pero esta
esclavitud no afecta la naturaleza del alma y en un sentido no es real, porque cuando las
almas adquieren conocimiento discriminatorio y ven que ellas no son materia, entonces
cesa la esclavitud y ellas alcanzan la paz eterna “.


Don Juan, el chamán yaqui mexicano, cuenta a Carlos Castaneda lo siguiente:
—Hay un predador que vino de las profundidades del cosmos y se hizo con el gobierno de nuestras vidas. Los seres humanos son sus prisioneros.
El predador es nuestro dueño y señor. Nos ha hecho dóciles, nada podemos hacer. Si queremos protestar, él suprime nuestra protesta. Si queremos actuar
por nuestra cuenta, nos dice que no lo hagamos… Me he estado yendo por las ramas todo este tiempo, insinuándote que algo nos está manteniendo presos. En efecto, ¡estamos presos!—Esto fue un hecho muy claro para los hechiceros del antiguo México…Ellos se hicieron cargo de nosotros porque somos comida para ellos, y nos exprimen sin piedad porque somos su alimento. Tal y como nosotros criamos
gallinas en los gallineros, los predadores nos crían en corrales humanos,humaneros. Así, siempre tienen comida disponible.—No, no, no, no –contestó Carlos–. Esto es absurdo, Don Juan. Lo que
estás diciendo es monstruoso. Simplemente no puede ser verdad, ni para un hechicero ni para un hombre de la calle, ni para nadie.—¿Por qué no? –pregunta Don Juan con calma–. ¿Por qué no? ¿Porque
te enfurece?... Todavía no has oído todas las alegaciones. Quiero hacer un llamamiento a tu mente analítica. Piensa por un momento y dime cómo explicarías las contradicciones entre la inteligencia de un ingeniero y la estupidez de sus creencias, o la estupidez de su comportamiento contradictorio.
Los hechiceros creen que los predadores nos han trasmitido sus credos, nuestras ideas sobre el bien y el mal, nuestras costumbres sociales. Ellos son los que organizan nuestras esperanzas y expectativas y sueños de éxito o fracaso.
Ellos nos han dado codicia, avaricia y cobardía. Son los predadores los que nos hacen ser complacientes, rutinarios y ególatras.—Pero ¿cómo pueden hacerlo, Don Juan? –preguntó Carlos todavía más enfurecido por lo que le estaba diciendo–. ¿Nos susurran todo esto al oído mientras estamos durmiendo?.
—No, no lo hacen de esta manera. ¡Esto es una idiotez! –dijo Don Juan,sonriendo–. Ellos son infinitamente más eficientes y organizados que esto. Con el fin de mantenernos obedientes y sumisos y débiles, los predadores emprendieron una formidable maniobra; formidable, por supuesto, desde el punto de vista de un estratega que lucha. Una maniobra horrenda desde el punto de vista de aquellos que la sufren. ¡Ellos nos dieron su mente! ¿Me oyes? Los predadores nos dan su mente, que pasa a ser nuestra. La mente de los predadores es barroca, contradictoria, morosa, está llena de miedo de que la descubran en cualquier instante.
—Sé que a pesar de que nunca hayas pasado hambre… tienes ansiedad de comida, que no es otra cosa que la ansiedad del predador, quien tiene miedo de que en cualquier momento su maniobra vaya a ser destapada y su comida denegada. A través de la mente, que después de todo es su mente, los predadores inyectan en las vidas de los humanos cualquier cosa que les convenga. Y se aseguran, de esta manera, una especie de barrera protectora contra su miedo.
—Los hechiceros del antiguo México no tenían muy claro cuándo apareció [el predador] en la Tierra. Pensaron que el hombre debió de haber sido un ser completo en un momento dado, con profundos conocimientos y unos niveles de conciencia que hoy en día se han convertido en leyendas
mitológicas. Después todo parece desaparecer, y ahora tenemos a un hombre sedado. Lo que quiero decir es que lo que tenemos frente a nosotros no es un simple predador. Es muy hábil y organizado. Sigue un sistema metódico para volvernos inútiles. El hombre, el ser mágico que está destinado a ser, ha dejado de ser mágico. Es un pedazo de carne mediocre.
—No le quedan más sueños al hombre que los sueños de un animal que está siendo criado para convertirse en un pedazo de carne: trillado, convencional, imbécil.
Castaneda, 1998


Alguien duda de que estamos en una prision holografica? Desde miles de años somos esclavos de algo o alguien que desde otras dimensiones gobierna este mundo con la ayuda claro esta de un gobierno oculto o sociedad secreta llamada la "  Hermandad Babilonica ". En el anterior articulo hablamos de la expansion de esa Raza Aria blanca por toda Europa .
Así que estos pueblos arios blancos bajo nombres diferentes con su misma religión y héroes religiosos bajo nombres diferentes, se expandieron desde sus orígenes en el Cáucaso y Medio y Cercano Oriente y fueron por tierra hacia Europa, India y tan lejos como China. Y dentro de ellos estaban los linajes reptil - humanos que lucharon por, y al final ganaron, la supremacía para controlar el curso de los eventos como los reyes, reinas, sacerdotes y jefes militares bajo el título colectivo que llamo la Hermandad Babilónica. Que los babilonios eran parte de la raza aria es confirmado por inscripciones y títulos antiguos. El Kassi o Cassi era un título usado primero por los fenicios alrededor de 3.000 AC y este fue adoptado por los babilonios que gobernaban el imperio mesopotámico. Kassi también aparece como un nombre personal de fenicios en Egipto y Cassi fue la inspiración para los reyes dirigentes conocidos como Catti en Gran Bretaña pre- romana, uno de los cuales acuñó monedas "Cas" presentando el Sol - caballo y otros símbolos solares.
Esta expansión aria empezó tan atrás como 3.000 AC, probablemente más temprano, con su rama navegante, los fenicios. Eran un pueblo tecnológicamente avanzado que ha sido marginalizado por la Historia oficial y esto ha oscurecido su identidad verdadera. Son fundamentales para comprender desde dónde hemos venido y dónde estamos ahora. Fueron ellos los que trajeron tanto sus líneas genéticas como sus conocimientos a Europa, a Escandinavia y al Continente Americano, miles de años Antes de Cristo.Su historia es narrada por L. A. Waddell en su libro, El Origen Fenicio De Britanos, Escoceses y Anglo - Sajones. Waddell era un miembro del Instituto Antropológico Real y dedicó una vida investigando la evidencia. Muestra que los fenicios no eran de una raza semita como previamente se creía, sino una raza aria blanca. El examen de tumbas fenicias revela que eran una raza aria de cabeza larga y de un tipo racial totalmente diferente a los Semitas. Los fenicios del mundo antiguo viajaron por mar desde sus bases en Asia Menor, Siria y Egipto para instalarse en las islas del Mediterráneo como Creta y Chipre y también Grecia e Italia. Fueron los fenicios los que trajeron los conocimientos que después surgieron como las civilizaciones Minoica de Creta, Grecia clásica e Italia romana. Eran también los "cerebros" detrás de gran parte de la cultura egipcia en este período, antes de que fuera secuestrada por los reptiles. Los egipcios conocían a los fenicios como los Panag, Panasa y Fenkha. Los griegos los llamaron los Phoinik-as, y para los romanos eran los Phoenic-es.Hay una razón simple de por qué los egipcios retrataban a muchos de sus dioses con piel blanca y ojos azules en exactamente el mismo modo como hicieron otras culturas por todo el mundo. Esta raza avanzada, llamada los fenicios, era de piel blanca y a menudo tenía ojos azules, igual que los cruzados reptil-humanos y lo mismo, parecería, que la raza de Marte. Por lo tanto, tenemos las razas escandinavas, que fueron instaladas por los fenicios y otros pueblos de la misma herencia genética y ubicación general. Es también el origen de la tontería de la "Raza Superior" Aria que obsesionaba a los Nazis y las sociedades secretas que los crearon. El héroe de la sociedad secreta Francmasónica hasta el día de hoy es el mítico Hiram Abif, el supuesto constructor del templo del Rey Salomón. Se supone que Abif fue un fenicio. El abuelo del famoso faraón egipcio Akenatón, el padre de Tutankamón, era un sumo sacerdote fenicio. El ave fénix, el ave mítica de Egipto, era de hecho el ave del Sol de los fenicios, el emblema del dios del Sol, Bil o Bel, y como ha sido simbolizado después, un pavo real o un águila.Pruebas han aparecido en los últimos años sobre pirámides en Marte, cuando los científicos de la NASA, Vincent DiPietro y Gregory Molenaar, descubrieron seis pirámides enormes como aquellas en Egipto en la región de Cydonia de Marte.Tendría sentido que la misma raza marciana con los mismos conocimientos también construiría pirámides cuando vinieron a la Tierra, y lo mismo puede ser dicho de los Anunaki si, como Zecharia Sitchin especula y estoy de acuerdo, tenían colonias en Marte.
Los fenicios no estaban confinados al Mediterráneo y al Medio Oriente. Desembarcaron en Gran Bretaña alrededor de 3.000 AC e inconfundibles artefactos fenicios han sido encontrados en Brasil, tanto como posibles restos egipcios en el Gran Cañón en América. Los fenicios desembarcaron en el Continente Americano miles de años antes de la manufacturada "rueda de fotografía" mejor conocida como el viaje de Cristóbal Colón. La razón de que las leyendas nativas del Continente Americano hablan de "dioses blancos" altos que vienen desde el mar trayendo conocimientos avanzados es porque eso es precisamente lo que ocurrió, si usted se olvida del pedazo de los dioses. Eran la raza aria y los reptil - arios del este desembarcando en el Continente Americano hace miles de años, la misma raza aria o "dioses" quienes los sumerios dijeron que les dieron su civilización después de la inundación.
Esto es también el porqué de que los posteriores invasores blancos que siguieron a Colón estaban asombrados de descubrir que los pueblos nativos del continente americano tenían las mismas historias y mitos religiosos básicos que ellos. Esto es perfectamente explicable ahora. Venían del mismo origen - la raza aria conocida como los fenicios entre muchos otros nombres como sumerio e hitita con los linajes reptil - arios dentro de ellos. También parece haber habido una invasión reptil directa en el pasado del Continente Americano. La evidencia de una raza avanzada que conocía el Continente American
existe, viene con mapas con siglos de viejos como el mapa Hadji Ahmed Portolan, compilado en 1519, que retrata el continente norteamericano con una amplia calzada elevada conectando Alaska y Siberia. También hay un dibujo exacto de una Antártida libre de hielo.
Recordemos la historia despues de la inundacion en el articulo de la isla de Pohnpei :

Nueve parejas —nueve hombres y nueve mujeres— erraban en una canoa por el ancho mar, buscando una tierra nueva en la que establecerse. En esto pensaban cuando se toparon con un pulpo hembra de nombre Letakika. Cuando éste les interrogó acerca de su camino, le respondieron que iban en busca de una nueva tierra, y le preguntaron a su vez si él podría ayudarles. El pulpo les indicó un lugar del océano en el que había una roca que surgía por encima de las olas. Y les dijo que fueran en busca de esta roca y comenzaran allí a edificar su país. Los nueve hombres y las nueve mujeres prosiguieron su camino y hallaron la roca. Sobre ella comenzaron a construir la isla. Luego, dejaron en ella a una pareja, un hombre y una mujer, mientras que el resto volvieron a marchar.

Vayamos al pulpo, símbolo divino de abundancia de alimentación en Pohnpei, lo cual está directamente relacionado con los ritos secretos que cada nueve meses se celebraban en Salapwuk, tal y como ya lo mencioné al relacionar dichos ritos con los tripulantes de la canoa de los nueve, tan identificable con el arca bíblica de Noé. Pero resulta que los nueve —la constante nueve que impregna la historia iniciática del génesis de Pohnpei— se diluyen desde el primer momento en la figura del pulpo: ocho tentáculos actuantes regidos por un centro, la cabeza, que juntos completan todo el cuerpo del pulpo, que suma así (8+1) nueve elementos. Figura esotérica reforzada más tarde con la narración del viaje de los nueve valientes que acuden a Nan Matol en la canoa de los 333 (3 veces 3 = 9): son ocho héroes que acompañan a su jefe, Iso Kalakal = ocho tentáculos para una cabeza. El pulpo está igualmente representado en la enorme roca cubierta de petroglifos conocida por roca de Sapwalap, lugar que marca, cuando menos legendariamente, una entrada al subsuelo. Por otra parte, el detalle de que uno de los nueve elementos que viajan en la canoa original, se queda en la isla mientras que los otros ocho vuelven a partir, indica que uno de los tentáculos del pulpo se asienta sobre Pohnpei, detalle confirmado por la narración tradicional —recogida en versión algo distorsionada por ejemplo en la obrita Never and Always: Micronesian Stories of the Origins of Islands, Landmarks, and Customs (Nunca y siempre: historias micronesias de los orígenes de las islas, de los hitos y de las costumbres), trabajo de recopilación efectuado por los alumnos del Community College of Micronesia— que afirma que Pohnpei es uno de los hogares del pulpo. Pulpo que además fue, en su origen, un animal terrestre y no marino, que habitaba la copa de un árbol, indicación sutil de su identidad con la araña, figura a su vez cabalística que marca la dependencia estelar de la raza humana.

Sepa, quien desee profundizar en este tema, que el grado 25 de la hermandad masónica corresponde al del Caballero de la Serpiente de Bronce o de Airain (serpiente por lo tanto metálica).La voz airain está emparentada con airagne (airañe). Y los alquimistas saben perfectamente que necesitan el hilo de Ariadna (Ariane es una forma de airagne, por metátesis de la i), si no quieren extraviarse en los meandros de la Obra y verse incapaces de encontrar la salida. Retrocedamos a la formación de esta palabra. Airw significa tomar, asir, arrastrar, atraer, de donde deriva airhn, lo que toma ase, atrae. Airhn es, por lo tanto, el imán. En provenzal, el hierro se llama aran o irán: es Hiram, el divino Aries, el arquitecto del Templo de Salomón (ya vimos su relación con la constante 9). Imán, en griego, es Sidhroz. Y de esta voz deriva a su vez el latín sidus, sideris = estrella. Con lo que queda esquemáticamente cerrado el ciclo cabalístico que identifica la dependencia estelar de la raza humana.

Quedémonos con Ariadna, la araña que con su hilo ayudó a Teseo a vencer al minotauro, para terminar con el tributo de siete jóvenes y siete doncellas que cada nueve años debía pagar la ciudad de Atenas, de acuerdo con la narración mítica griega. Teseo fue, además, uno de los héroes que fueron en busca del vellocino de oro a bordo de la rápida y luminosa nave Argos —los argonautas de quienes ya hablamos en relación con la canoa que navegaba rumbo a Pohnpei—, nave que, dicho sea de paso, disponía de una tabla parlante que indicaba a sus tripulantes lo que debían hacer cuando éstos se veían perdidos, con lo cual cumplía una función similar a la que desempeñaban tanto el arca que portaban los seguidores de Moisés para comunicarse con Yahvé, como el cofre mediante el cual hablaban con Huitzilopochtli los aztecas, durante sus respectivos éxodos en pos de la tierra prometida, orientados por una nube inteligente los unos y por un águila sabia los otros.
Todo es ligado en la historia de la humanidad.El minotauro vencido por el mencionado argonauta con ayuda de la araña habitaba el famoso laberinto de Creta (otra de las islas del pulpo en opinión de André Malby)

El esquema del diseño solar (el palacio de la doble hacha) de este laberinto se repite preocupantemente en monedas cretenses, en una cruz rúnica danesa, en un gran diseño sobre el suelo de la isla sueca de Gotland, en una pintura rupestre en Rocky Valley cerca de Tintagel Head, en el extremo suroeste de Inglaterra, en vasos etruscos, en una pintura rupestre en el conjunto de Valcamonica,en la vertiente italiana de los Alpes,y en donde el diseño del laberinto aparece cerca del de una svástica (símbolo solar y galáctico), en el esgrafiado de la pared de una casa de Pompeya (cuyo antiguo nombre original es Pompei, lo que aprovecho para invitar a quien se vea capacitado, a establecer la conexión precisa entre esta Pompei volcánica y la volcánica Pohnpei, sin olvidarse de pasar por la India), y en el dibujo laberíntico que trazan los indios hopi norteamericanos. Para los indios hopi es el símbolo de la madre Tierra.Hemos recorrido parte de la rama del 9. Y parte de la rama del pulpo, o de la araña. Recorramos ahora la rama de los indios hopi, a la que nos condujo el laberinto de la araña de Creta, que aparecía además en Pompei. La rama de los indios hopi nos indicará que deberemos luego recorrer la de la mujer dejada en Pohnpei, la primera madre de la isla: Lemuetu. Porque si para los hopi el símbolo laberíntico de Creta es el de la madre Tierra, nos encontramos que en el relato iniciático del génesis de Pohnpei, los nueve elementos tripulantes de la canoa primera dejan en la isla a una de las nueve parejas, el hombre de la cual es tan insignificante que ni siquiera tiene nombre, mientras que todo el peso del inicio de la civilización en aquella roca sagrada del gran mar recae en la mujer, que sí tiene nombre y es el pilar del que arranca el matriarcado de la isla. Esta determinante, la de que su historia comienza con una mujer, a la que se suma la figura del pulpo hembra que guía a los nueve hacia el país en el que vive, convierten a Pohnpei en términos esotéricos en una sede de la madre Tierra, que será fecundada por los rayos del Sol. Los reyes del Sol la gobernarán.

De acuerdo con la tradición hopi, la historia de la Humanidad está dividida en períodos que ellos llaman «mundos», los cuales están separados entre sí por terribles catástrofes naturales. El primer mundo sucumbió por el fuego, el segundo por el hielo y el tercero por el agua. Actualmente vivimos en el cuarto mundo. Y en total, la humanidad deberá recorrer siete.

El siete: hay que releer la historia de la procesión que Josué hizo desfilar siete veces alrededor de Jericó, cuyas murallas se derrumbaron antes de la octava vuelta. Jericó es la ciudad de la Luna, por cuanto deriva además con toda probabilidad de yáreah, que significa Luna. El mismo tema se repite en los cisnes que dan siete veces la vuelta alrededor de Délos, naciendo, cuando aún no habían cantado por octava vez, Apolo. En los códices mexicanos, siete fueron las cuevas de las cuales partieron las siete tribus de Aztlán. En una de las edificaciones de la enigmática ciudad, perdida en la jungla del norte del Yucatán, que los nativos conocen
por el nombre de Dzibilchaltún, fue hallada una cámara oculta que, una vez abierta, ofreció susdescubridores un altar con siete ídolos deformes, mezcla de peces y hombres. Por tierras brasileñas corre la leyenda de las siete ciudades. Las sagas escandinavas hablan de las siete islas vírgenes, las siete islas de la felicidad, las siete islas del Sol. Ya vimos que para Churchward las ruinas de Pohnpei eran las de una de las capitales de la madre patria, una de las siete ciudades sagradas. Y Madame Blavatsky habla insistentemente en su Doctrina secreta de las siete razas humanas. También los textos proféticos agrupados en el apócrifo
Libro de Enoc (Enoc es el personaje que había escondido el Nombre Indecible debajo de nueve arcos) están elaborados sobre la constante siete: siete montañas, siete estrellas, siete ríos, siete islas, siete hombres blancos, setenta pastores, siete razas. Siendo así además que el Libro de Enoc nos remite claramente al recuerdo ancestral de cruces deliberados y posiblemente experimentales del ser humano con otras razas cósmicas —en cuyo contexto cabe situar a personajes tan cruciales para la marcha de la humanidad como pueden ser Jesús (para cuya cristalización se precisaron dos generaciones de crisoles biológicos, como fueron su madre María y la de ésta, Ana), Buda, que a su vez cristalizó en la María asiática, Maya, posiblemente Quetzalcóatl (identificado con Gucumatz y Kukulkán), y tantos otros—, después de que un puñado de facciosos hijos de los cielos se aliaran en juramento para gozar de los encantos de las hijas de los hombres, y provocar con ello el engendramiento de una raza cruzada, los gigantes, que motivarían por ende la destrucción de lo creado hasta aquel momento. Tal y como nos lo confirman con claridad meridiana tanto el Corán como el Popol Vuh de los quichés, todo parece indicar que somos el resultado del nuevo intento de modelación de una criatura humana que combine la suficiente inteligencia con el mínimo de estupidez exigido por nuestros creadores para no acercarnos excesivamente a su propio conocimiento. Fruto del cruce de razas fue —en el texto Enoquiano— el hijo de la mujer de Lamec, la cual lo tuvo con uno de los emisarios celestes. En descripción del propio Lamec: «su naturaleza es diferente y no es como nosotros; sus ojos son como los rayos del Sol; su rostro es espléndido». Idéntica descripción hacen los iniciados pohnpeyanos del enigmático Iso Kalakal, engendrado, también él, como luego veremos, sin contacto previo carnal de su madre con hombre humano alguno. Las siete razas, finalmente, en que debe consumirse el fuego de la humanidad, actualmente centrada en su cuarto estadio, tal y como lo saben los indios hopi, es un conocimiento claramente reflejado en el candelabro mostrado a Moisés sobre el monte Sinaí.

No siendo comprobables históricamente los dos primeros mundos, el recuerdo ancestral de los hopi se remonta a la época del tercer mundo, cuyo nombre era Kasskara. Éste era el nombre, en realidad, de un inmenso continente situado en el actual emplazamiento del océano Pacífico. Pero Kasskara no era la única tierra habitada. Existía también el «país del este». Y los habitantes de este país tenían el mismo origen que los de Kasskara. Los habitantes de este otro país comenzaron a expandirse y a conquistar nuevas tierras, atacando a Kasskara ante la oposición de ésta a dejarse dominar. Lo hicieron con armas potentísimas, imposibles de describir. Tan sólo los elegidos, los seleccionados para ser salvados y sobrevivir en el mundo siguiente, fueron reunidos bajo el «escudo». Los proyectiles enemigos reventaban en el aire, de modo que los elegidos colocados bajo el escudo quedaban indemnes. Repentinamente, el «país del este» desapareció por alguna causa desconocida bajo las aguas del océano y también Kasskara comenzó a hundirse paulatinamente.
En este momento, los katchinas ayudaron a los elegidos a trasladarse a nuevas tierras. Este hecho marcó el fin del tercer mundo y el comienzo del cuarto. Es preciso aclarar que, ya desde el primer mundo, los humanos estaban en relación con los katchinas, palabra que puede traducirse libremente por «venerables sabios». Se trataba de seres visibles, de figura humana, que nunca fueron tomados por dioses, sino solamente como seres de conocimientos y potencial superiores a los del ser humano. Eran capaces de trasladarse por el aire a velocidades enormes, y de aterrizar en cualquier lugar. Dado que se trataba de seres corpóreos, precisaban para estos desplazamientos artefactos voladores, «escudos voladores»—tal y como
los recuerdan también las crónicas romanas antiguas y las crónicas de Carlomagno--.White Bear describe estos artefactos: «Si de una calabaza cortas la parte inferior, obtendrás una corteza; lo mismo debe hacerse con la parte superior. Si luego se superponen ambas partes, se obtiene un cuerpo de forma de lenteja. Éste es básicamente el aspecto de un escudo volador».
Hoy en día los katchinas ya no existen en la Tierra. Las danzas katchinas, tan conocidas hoy en Norteamérica, son representadas por hombres y mujeres en calidad de sustitutos de unos seres realmente
existentes antaño. Los katchinas podían en ocasiones tener un aspecto extraño, siendo así que
originariamente se solían confeccionar muñecas katchina para que los niños se acostumbraran a su aspecto.

La población, de acuerdo con el recuerdo tradicional de los hopi, llegó a la nueva tierra por tres caminos diferentes. Los seleccionados para recorrerla, inspeccionarla y prepararla, fueron llevados allí a bordo de los escudos de los katchinas. El gran resto de la población tuvo que salvar la enorme distancia a bordo de barcas. Y cuenta la tradición que este viaje se efectuó a lo largo de un rosario de islas que, en dirección nordeste, se extendía hasta las tierras de la actual América del Sur.
La nueva tierra recibió el nombre de Tautoma, que viene a significar «la tocada por el rayo».
Tautoma fue también el nombre de la primera ciudad que erigieron, a orillas de un gran lago. De acuerdo
con los conocimientos actuales, Tautoma se identificaría con Tiahuanaco, mientras que el lago corresponde
al Titicaca. Un cataclismo convulsionó a la ciudad, destruyéndola, motivo por el cual la población se fue
desperdigando por todo el continente. Durante un largo período los hombres se fueron repartiendo en
grupos y clanes por los dos subcontinentes. Algunos de estos clanes iban en compañía de los katchinas,
quienes a menudo intervinieron para ayudarlos.
Los hopi formaban parte de aquellas tribus que emigraron en dirección norte, y recuerdan un período
en el que atravesaron una calurosa selva y un período en el que se toparon con una «pared de hielo» que les
impidió el avance hacia el Norte y les obligó a volver atrás.Mucho tiempo después de estas migraciones todavía había clanes que seguían conservando las antiquísimas doctrinas. Estos clanes se reunieron y construyeron una ciudad de «importancia trascendental», que recibió el nombre de «la ciudad roja», a la que se identifica con Palenque. En dicha ciudad fue establecida la escuela del aprendizaje, cuya influencia todavía hoy puede descubrirse en algunos hopi y cuyos maestros fueron los katchinas.
Tras un posterior período de numerosos enfrentamientos entre las ciudades establecidas en el Yucatán, sus habitantes abandonaron la zona y reemprendieron la gran migración. Durante aquella turbulenta época, los katchinas abandonaron la Tierra. Los pocos clanes que han seguido manteniendo vivo el antiguo saber se juntaron más tarde en Oreibi, siendo ésta la razón de la especial importancia de este lugar.
Después de haber recogido toda la información que le ha sido posible sobre los katchinas, Blumrich (ingeniero de la NASA que estuvo en contacto con los indios Hopi) llega a las siguientes conclusiones sobre estos seres que, sin ser considerados en ningún momento como divinidades (circunstancia que se repite en la tradición pohnpeyana), se sitúan en el plano cósmico de injerencia directa en el quehacer humano: tenían cuerpo físico, apariencia de hombres, pero disponían de unos conocimientos muy superiores a los de los humanos. Poseían artefactos voladores, y un escudo que rechazaba a los proyectiles enemigos a elevada altura. Eran, además, capaces de engendrar niños en las mujeres sin mediar contacto sexual (circunstancia que se repite en la tradición pohnpeyana en la repetida narración del engendramiento del conquistador de la ciudad de Nan Matol). A todo ello hay que sumar las habilidades que los humanos aprendieron de los katchinas, la más importante de las cuales fuera quizás el corte y transporte de enormes bloques de piedra (circunstancia que se repite en la tradición pohnpeyana en la figura de Olosipe y Olosaupa, dos arquitectos dotados de gran poder mágico, que transportaron enormes bloques de basalto por el aire) y, en relación con ello, la construcción de túneles y de instalaciones subterráneas (circunstancia que se repite relativamente en la tradición pohnpeyana para la zona de las islas artificiales sobre las que se asienta la ciudad de Nan Matol).

Cuantas sorpresas nos deparan las tradiciones de America y mas aun quedan por escribir en el proximo articulo.


1 comentario:

  1. http://genealogia.bligoo.es25 de octubre de 2013, 4:58

    Todo esti es cierto ¿ cojo se sale del holograma ? O como romper , salir de esa esclavitud????

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