LA MATRIZ DIVINA 4
Con estas palabras, Max Planck, el padre de la teoría cuántica, describió un campo"Toda la materia se origina y existe solamente en virtud de una fuerza... Debemosasumir, tras esa fuerza, la existencia de una Mente consciente e inteligente. EstaMente es la Matriz de toda la materia"Max Planck, 1944
universal de energía que conecta todo en la creación: la Matriz Divina.
La Matriz Divina es nuestro mundo. También es todo en nuestro mundo. Es: nosotros, todo
lo que amamos, odiamos, creamos y experimentamos. Al vivir en la Matriz Divina, somos
artistas expresando nuestras pasiones, temores, sueños y deseos más profundos a través
de la esencia de un misterioso lienzo cuántico. Pero nosotros somos el lienzo, al igual que
las imágenes en el lienzo. Somos las pinturas y también los pinceles.
En la Matriz Divina, somos el contenedor en donde existen todas las cosas, el puente entre
las creaciones de nuestros mundos interior y exterior, y el espejo que nos muestra lo que hemos creado.
En la Matriz Divina, ustedes son la semilla del milagro, y son el milagro mismo.
"Allá a lo lejos hay un mundo enorme," dijo, "que existe independientemente de nosotros los humanos y que se yergue ante nosotros como un enorme y eterno acertijo, por lo menos parcialmente accesible para
nuestra inspección y raciocinio."Dicho por Albert Einstein.
En contraste con la perspectiva de Einstein, todavía predominante en muchos científicos
actuales, John Wheeler, físico de la Universidad de Princeton y colega de Einstein, ofrece
una visión radicalmente distinta de nuestro papel en la creación. En términos que son
osados, claros y gráficos, Wheeler dice: "Antes teníamos un concepto antiguo de que había
un universo ahí fuera, [énfasis del autor] y que aquí estaba el hombre, el observador,
protegido con toda seguridad del universo por una losa de vidrio templado de 15 centímetros
de grosor." Refiriéndose a los experimentos de finales del siglo XX, que nos demuestran
cómo simplemente al mirar algo, ese algo cambia, Wheeler continúa: "Ahora hemos
aprendido del mundo cuántico que incluso para observar un objeto tan minúsculo como un
electrón, debemos destrozar ese vidrio templado: tenemos que ponernos en contacto con el
otro lado... Entonces, el antiguo término de observador debe ser sencillamente tachado de
los libros, y debemos añadir la nueva palabra: participante."Los experimentos en física cuántica, de hecho,
demuestran que simplemente al observar algo tan pequeño como un electrón, enfocando
nuestra conciencia en lo que el electrón está haciendo por hasta un sólo instante, sus
propiedades cambian. El experimento sugiere que el puro acto de observar es un acto de
creación, y que esa conciencia está realizando la creación. Estos descubrimientos parecen
apoyar la propuesta de Wheeler de que ya no podemos considerarnos puramente como
espectadores que no tenemos efecto en el mundo que observamos.Pensar en nosotros mismos como participantes en la creación, en vez de simplemente pasar a través del universo durante el breve periodo de tiempo de toda una vida, requiere una nueva percepción de lo que es el cosmos y cómo trabaja. La infraestructura para una visión tan radical del mundo fue la base para una serie de libros y ensayos de otro físico de Princeton y colega de Einstein, David Bohm. Antes de su muerte en 1992, Bohm nos dejó dos teorías de vanguardia que ofrecen una visión muy distinta (y de alguna manera, casi
holística) del universo y de nuestro papel en él.
La primera fue una interpretación de la física cuántica, que prepara el escenario para el
encuentro y la amistad subsiguiente entre Bohm y Einstein. Fue esta teoría la que abrió la
puerta a lo que Bohm llamaba la "operación creadora de los niveles subyacentes de la
realidad."
En otras palabras, él creía que hay planos más profundos o elevados de
creación, que contienen el molde para lo que ocurre en nuestro mundo. Es desde estos niveles más sutiles de la realidad que se origina nuestro mundo físico.
Su segunda teoría era una explicación del universo como un sistema único y unificado de la
naturaleza, conectado en formas que no son siempre obvias.
Bohm tuvo la oportunidad de observar pequeñas partículas de átomos en un estado gaseoso especial
llamado plasma. Bohm descubrió que cuando las partículas estaban en el estado de plasma, actuaban un poco distinto a las unidades individuales, tal como las concebimos, y más como si estuvieran conectadas con otra como parte de una existencia más grandiosa.
Estos experimentos sentaron la base para el trabajo vanguardista por el cual Bohm es
probablemente más recordado: su libro escrito en 1980: La totalidad y el orden implicado.
Las cosas que podemos ver y tocar y que aparecen separadas en nuestro mundo (como las
rocas, los océanos, los animales y las personas) son ejemplos del orden explicado de la
creación. Sin embargo, por distintas que puedan parecer una de la otra, Bohm sugirió que
están conectadas en una realidad más profunda en formas, que sencillamente no podemos
ver desde nuestro lugar en la creación. Él veía todas las cosas que parecen separadas de
nosotros como parte de una totalidad mayor, la cual llamaba orden implicado.
Para describir la diferencia entre lo implicado y lo explicado, nos dio la analogía de un raudal
que fluye. Bohm describía la ilusión de la separación, usando como metáfora las diferentes
formas en que podemos ver el agua correr en el raudal: "En este raudal, uno podría ver un
patrón siempre cambiante de vórtices, ondas, olas, salpicaduras, etcétera, sin existencia,
evidentemente separada como tal." Aunque las alteraciones del agua pueden lucir
separadas ante nosotros, Bohm las veía íntimamente enlazadas y profundamente
conectadas entre sí. "Dicha subsistencia transitoria, tal como puede ser poseída por estas
formas abstractas, implica solamente una independencia relativa [énfasis del autor] en
vez de una existencia absolutamente independiente," afirmaba. En otras palabras, todas son parte de la misma agua.
En la década de los setenta, Bohm ofreció una metáfora incluso más clara para describir la
forma en que uno podría concebir el universo como un todo distribuido pero indivisible.
Reflexionando en la conexión de la naturaleza en la creación, se convenció aun más de que
el universo trabaja como un gran holograma cósmico. En un holograma, cada porción de un
objeto dado contiene ese objeto en su totalidad, solamente que en una escala menor.
UNA VEZ CONECTADOS, ESTAMOS CONECTADOS PARA SIEMPRE:
LA VIDA EN UN UNIVERSO HOLOGRÁFICO
"Henos aquí, todos formando parte de este grandioso holograma llamado Creación,
que es el YO INTERIOR de todos los demás... Es todo un juego cósmico, ¡y no hay
nada más que tú!"
Itzhak Bentov (1923-1979), científico, autor y místico
Para ver al mundo en un grano de arena, y al Cielo en una flor silvestre, sostén al
infinito en la palma de tu mano y a la eternidad en una hora.
William Blake (1757-1827), poeta y místico visionario
Una parte de la prueba de que la Matriz Divina existe en realidad, fue cuando dos
"algos" que una vez estuvieron unidos (dos fotones, el ADN y los fotones, o el donante y su
ADN) actuaron como si siguieran unidos, aun separados por distancias que variaban de
metros a cientos de kilómetros. La pregunta es: ¿Por qué?
Para todos los efectos prácticos, un holograma es por lo general considerado como una
fotografía (una imagen tridimensional), que parece real cuando es proyectada de una forma
en particular o es vista bajo cierto tipo de luz. Aunque la interpretación de la película es un
ejemplo de lo que puede producir un holograma, éste es mucho más que una sencilla
fotografía.Si uno le pidiera a los científicos que explicaran un holograma, probablemente comenzarían
por describirlo como un tipo especial de fotografía, en donde la imagen en la superficie de
repente aparece tridimensional cuando es expuesta a una luz directa. El proceso que crea
estas imágenes involucra una forma de luz láser, para que la fotografía quede distribuida
sobre toda la superficie de la película. Es esta propiedad de "distribución" que hace que la
película holográfica sea tan original.
De esta manera, cada parte de la superficie contiene toda la imagen original, solamente que
en una escala menor. En otras palabras, cada fragmento es un holograma. Si dividiéramos
la fotografía original en cualquier número de piezas, cada una de ellas, sin importar lo pequeñas
que fueran, seguirían mostrando una visión total de la imagen original completa.
Experimento de la Universidad de Ginebra
Una distancia de 22 kilómetros y medio separaba unos fotones gemelos. Cuando uno de ellos fue forzado a escoger entre dos senderos al final de su jornada, el segundo fotón siempre escogió la misma opción, como si "supiera" lo que su gemelo estaba haciendo. El mismo experimento fue repetido en diferentes ocasiones, y los resultados fueron siempre idénticos. Las dos partículas actuaban como si siguieran conectadas, a
pesar de que se encontraban a kilómetros de distancia.
La sabiduría convencional sugiere que para que ocurra este tipo de conexión, los fotones deben estar de alguna manera enviando señales entre sí. Aquí es donde aparece el problema para los físicos. Porque para que un mensaje viaje entre ellos, debería hacerlo más rápidamente que la velocidad de la luz. Pero, de acuerdo con la teoría de la relatividad de Einstein, nada puede viajar así de rápido.
¿Y si acaso la señal de un fotón jamás tuvo que viajar para llegar hasta el otro? ¿Es posible
que vivamos en un universo en donde la información entre fotones, la oración por nuestros
seres queridos, o el deseo de paz en un lugar al otro lado del mundo, jamás tengan que ser
transportados a ningún sitio para ser recibidos?
¡La respuesta es sí! Éste parece ser precisamente el tipo de universo en el que vivimos.
Russell Targ, cofundador del programa para las ciencias cognitivas del Instituto de
Investigaciones Stanford en Menlo Park, California, describe con elocuencia y belleza esta
conexión: "Vivimos en un mundo no local en donde las cosas separadas físicamente de las
otras, pueden, no obstante, estar en comunicación instantánea." Targ aclara lo que significa
dicha conexión, afirmando: "No se trata de cerrar mis ojos y enviarle un mensaje a una persona a kilómetros de distancia, sino más bien, en cierto sentido, no hay separación entre mi conciencia y su conciencia." La razón por la cual las señales no tuvieron que viajar entre los fotones es porque ya estaban ahí, jamás salieron de un lugar y jamás fueron llevadas a otro lugar en un sentido convencional.
Por definición, cada lugar de un holograma es un reflejo de otro. Y una propiedad que existe en cualquier lugar de su interior, también existe en el resto. Entonces, en el holograma no local de nuestro universo, la energía subyacente que enlaza todas las cosas, las conecta a la vez instantáneamente.Esto parece ser precisamente lo que el antiguo Avata Saka Sutra del budismo Mahayana está describiendo como la "maravillosa red" de energía que conecta a todas las cosas en el cosmos. Si el universo es no local y holográfico, esta red no solamente enlaza todo sino que cada punto en su interior también refleja todos los demás. El Sutra comienza por declarar que en un momento dado en el pasado distante, esta red estaba "suspendida" y que "se extendía infinitamente en todas las direcciones" como el universo mismo.
Además de ser el universo, la red lo contiene y le ofrece cualidades holográficas. El antiguo Sutra describe un número infinito de joyas a lo largo de la red que tienen la función de ojos cósmicos. Por consiguiente, todas las cosas son visibles para todas las demás. En lo que puede ser la más antigua descripción de un holograma descubierta hasta la fecha, el Sutra revela entonces el poder de cada joya de crear el cambio a través de la red entera: "Cada una de las joyas reflejadas en esta joya está también reflejando a las demás, por lo cual está ocurriendo un proceso infinito de reflexión." Según la traducción del Sutra al que me refiero,
esta red "simboliza un cosmos en el que hay una relación mutua repetida infinitamente entre todos los miembros del cosmos.Qué hermosa descripción del principio sutil, no obstante poderoso, que la naturaleza utiliza para sobrevivir, crecer y evolucionar. En un universo holográfico, en donde cada pieza ya tiene reflejado el mundo entero en una escala menor, todas las cosas ya están en todas partes. El principio holográfico nos promete que todo lo que necesitamos para sobrevivir y crecer está siempre con nosotros, en todas partes, todo el tiempo..., desde la sencillez de una brizna de yerba hasta la complejidad de nuestros cuerpos.
Cuando comprendemos el poder de nuestro holograma infinitamente conectado, es claro que nada está escondido y no hay secretos, estas cosas se derivan de nuestro sentimiento de separación. Aunque puede parecer que estamos desconectados unos de los otros y del resto del mundo, ese desprendimiento no existe en el plano en donde el holograma se origina: en el interior de la Matriz Divina. En este nivel de unidad, no existe tal cosa como "aquí" y "allá."
Queda mas o menos explicado el universo holografico en el proximo articulo explicare los 2 experimentos que demuestran que todos nosotros estamos conectados a todo.
Maravillosa concepción de la existencia!!!
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