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viernes, 28 de junio de 2013
POHNPEI EL SECRETO 10
POHNPEI EL SECRETO 10
Consistente en una serie de pequeñas islas artificiales unidas por una red de canales, el Nan Madol es conocido a veces como "laVenecia del Pacífico". Está cerca de la isla de Pohnpei, que forma parte de los Estados Federados de Micronesia, y fue la capital de la dinastía Saudeleur hasta aproximadamente el año 1500 de nuestra era. Nan Madol significa "entre espacios" y hace referencia a sus canales.El Nan Madol fue la capital ceremonial y política de la dinastía Saudeleur, la cual gobernaba a los 25.000 habitantes de Pohnpei. Ubicado aparte de la isla principal de Pohnpei, está habitado aproximadamente desde el siglo I o II d.C.
Hoy Nan Madol forma un complejo arqueológico que cubre más de 18 kilómetros cuadrados, e incluye la arquitectura megalítica construida sobre una zona de arrecife de coral a lo largo de la orilla de la isla Temwen, varios otros islotes artificiales, y a Pohnpei, la isla principal. El corazón del lugar, con sus paredes de piedra, tiene un área de aproximadamente 1,5 km de largo por 0,5 km de ancho y contiene casi 100 islotes artificiales (formados de piedra y coral) rodeados por canales.La datación por carbono indica que la construcción de Nan Madol comenzó alrededor del año 1200. Sin embargo, las excavaciones muestran que el área pudo haber sido ocupada desde el 200 d. C. Se han identificado algunas probables canteras alrededor de la isla, pero el origen exacto de las piedras de Nan Madol está aún por determinar. Ninguna de las cantera propuestas existe en Madolenihmw, lo cual hace pensar que las piedras fueron transportadas a su posición actual. Se ha sugerido que se podrían haber puesto a flote con balsas desde la cantera, pero nadie ha podido demostrar este procedimiento. Los arqueólogos aún tienen que desentrañar el misterio. Algunos habitantes actuales de Pohnpei creen que las piedras llegaron volando a la isla gracias a la magia negra.
El único que ha trascendido más allá de sus límites, sigue sin estar resuelto: frente a sus costas se asientan las ruinas de la enigmática ciudad acuática de Nan Madol, construida —nadie sabe cuándo ni por quién— con gigantescos bloques de basalto sobre 91 islotes artificiales. Invadida por la jungla y los manglares, continúa siendo para los nativos una ciudad prohibida, que —de acuerdo con su tradición— acecha con la muerte a quien osa permanecer en ella después de la caída del Sol.
«En tiempos antiguos parece haber existido en Pohnpei una cultura altamente avanzada, tal y como lo evidencian las misteriosas ruinas pétreas de Nan Matol en mi municipalidad familiar de Matolenim. En aquellos tiempos hubo solamente un rey, algo similar a un faraón. El tamaño de los huesos enterrados en lasgrandes cámaras de piedra muestra que fueron mucho más altos que los pohnpeyanos de hoy día»
«Esto es lo que acontecía con la tortuga, un animal marino que solíamos sacrificar antaño en Matolenim, y al que llamábamos Nan us un tsap. Salíamos a pescar. Cuando capturábamos una, la traíamos y la depositábamos en un estanque en Us en tau que se llama Paset. Allí la manteníamos hasta poco antes del sacrificio. Llegado el día del mismo, los sacerdotes iban en canoa a Paset, cogían a la tortuga y la llevaban a la orilla de Tsamuin, al lugar llamado Sakarena. Allí la lavaban hasta dejarla completamente limpia. Luego adornaban al animal con cuerdas y distintos adornos. Después de lo cual ponían a la tortuga derecha en la canoa. Dos hombres se sentaban y apoyaban a la tortuga, uno a la derecha y otro a la izquierda. Tauk Matolenim estaba de pie en la canoa y sostenía los hombros de la tortuga. Debía mirarla fijamente, para que ambos pestañearan simultáneamente. Puesto que cuando el animal pestañeaba, también debía hacerlo Tauk. La canoa estaba tripulada por Nalaim, Nansaum, Nanekei y Nanapas. Iban hasta Nanuei, hasta la piedra Likon palan. Allí elevaban a la tortuga en el aire y la dejaban caer sobre la piedra.
Esto lo hacían cuatro veces, luego se dirigían a Itet. Se encendía una hoguera en el Tol en Itet: Luego sacaban a la tortuga de la canoa y la subían a Itet. Nanekei agarraba un hacha de madera y le destrozaba la garganta, con lo cual moría. Nansaum cogía entonces una piedra de la hoguera y la ponía encima del pecho de la tortuga para ablandar el caparazón. Luego cogía una concha y abría con ella a la tortuga. Después se le extraían los intestinos. Se preparaba el horno y se depositaba a la tortuga en él. Luego se tapaba el horno hasta que el animal estaba cocido. Nalaim cogía entonces los intestinos y los llevaba al recinto de piedras de Itet, para alimentar con ellos a Muan samol, la anguila. Al llegar Nalaim con los intestinos tostados de la tortuga y surgía Muan samol de su agujero, Nalaim pronunciaba previamente unos conjuros para que les fuera favorable. Después de lo cual regresaba al interior del agujero. Nalaim le daba entonces los intestinos.
Hasta aquí la narración del sacrificio ritual de la tortuga a la anguila sagrada. Cabe comentar aquí que una expedición de la Smithsonian Institution examinó en 1963 los restos acumulados en el montículo mediante el sistema del C-14, llegando a la conclusión de que se remontaban a una fecha de antigüedad centrada en la segunda mitad del siglo XIII. Simplemente a título anecdótico, la misma fecha casi que con pruebas concretas puede establecerse para la antigüedad mínima del extraordinario conocimiento astronómico que conforma la base del ritual sagrado de los dogones, que recientemente mencioné al hablar de los siete ídolos híbridos entre hombre y pez hallados en un edificio en Dzibilchaltún, en el Yucatán. Dije aquí que éstos y los dioses de los dogones enlazaban de alguna forma con Oannes, el híbrido de cabeza
humana y cuerpo de pez que actuaba en tierras asirías. En relación con aquellas tierras, Zecharia Sitchin,escribe en su obra The twelfth Planet (El duodécimo planeta) que cuando el gobernante sumerio Gudea fue visitado por la divinidad Ninurta, éste y dos compañeros suyos se hallaban en pie al lado de la «divina ave negra del viento», para cuya salvaguarda fue construido un templo. Una vez dispuesta, el «ave divina podía tomar contacto con el cielo» y era capaz de «unir cielo y Tierra».Gudea manifestaba en su escrito conmemorativo de la construcción del templo que cuando el ave divina se elevaba para recorrer las tierras, «fulguraba sobre las construcciones de ladrillo».
Según estas narraciones, Nan Madol un isla pescada de las profundidades del mar, y en la que existía una entrada para llegar al Pashet. Esto último lo cuenta la narración de Sanoro:
«Vivía antiguamente en Matolenim, en un lugar llamado Pulak, un hombre. Cierto día, estuvo
descansando en su casa. En esto, pasó delante de su casa un espíritu llamado Sanoro, que se dio el aspecto del Nanamariki, por lo cual preparó un festín. Luego le dijo a su mujer: "Iré a ver al Nanamariki". Salió de casa y alcanzó al espíritu. Éste se volvió y preguntó al hombre: "¿A dónde vas?" En este momento el hombre se dio cuenta de que no se trataba del Nanamariki, y contestó: "Señor, quería visitaros", puesto que advirtió que se trataba de un espíritu. De modo que el hombre lo acompañó, y salieron al arrecife. En la isla Nahnningi volvieron a pisar tierra, y allí ambos penetraron en un agujero y llegaron al Pashet. Allí hablaron a mucha gente, muchos espíritus que celebraban una gran fiesta. Ambos entraron en la casa. El hombre no pudo reconocer su aspecto, puesto que todo había oscurecido ante sus ojos. Ambos se quedaron con los espíritus hasta que la fiesta terminó. Luego volvieron a ponerse en marcha, y el espíritu envió al hombre hacia arriba».
La historia de la isla pescada —Naneni o Nanini en la grafía popular antigua; Nahnningi en la cartografía actual— está contenida en la narración de Lasepesep, que habla de un niño que quiere ir a ver a su padre, quien se halla en el Pashet: «El niño siguió los pasos de su padre, y llegó al Pashet. Allí halló a su padre. Mas éste no se ocupó de él, puesto que no le reconoció. Pero preguntó a una mujer si conocía al niño.
La mujer le explicó al príncipe que se trataba de su hijo. Cuando el príncipe lo hubo reencontrado de esta manera, el niño se quedó durante mucho tiempo con él. Finalmente manifestó que quería visitar a su madre.
El hombre le dijo que fuera a visitarla. Salió al exterior en un pequeño lugar llamado Tupuna, que se halla en el arrecife exterior de Matolenim. Continuó y pisó tierra en Samuin. Aquí vivía un hombre que no tenía nada para comer, ya que no había nada comestible en la casa, puesto que antiguamente no hubo frutas del pan ni frutos en Pohnpei. El niño se compadeció del hombre porque se estaba muriendo de hambre.
Entonces el niño realizó un acto de magia. Y todos los árboles de la fruta del pan se llenaron de frutas. El
hombre ya no tenía que pasar más hambre y se alegró extraordinariamente. El niño siguió caminando y se topó con muchas canoas que se dedicaban a las tareas de la pesca sobre el arrecife. También él se puso entonces a pescar. Su anzuelo se hundió en las profundidades hasta alcanzar un país en el Pashet, el país en el que se encontraba su padre. Izó entonces a aquel país, subiéndolo hasta que se halló arriba, entre los hombres. Este lugar se llama Nahnningi».
Regresemos a la parte más famosa de Nan Matol: Nan Tauas. Nan Tauas es
pretendidamente el cementerio de Nan Matol. Se sepultaban aquí a los Sau Telur, y posteriormente a los Nanamariki. Tanto en las cuatro cámaras funerarias de la instalación principal, como en las instalaciones funerarias de las dos islas bajas que flanquean a Nan Tauas, llamadas Pon Tauas («más arriba de Tauas») la situada al norte, y Pan Tauas («más abajo de Tauas») la situada al Sur. Todo el conjunto de estas tres piezas está rodeado por tres potentes murallas, que parecen abrazarlo y dejan abierto únicamente su flanco occidental.La tercera muralla encierra directamente a Nan Tauas, Pon Tauas y Pan Tauas. En el lado norte de Pon Tauas mide 70 metros de largo y 2½ de ancho, para doblar en su esquina noreste hacia el sur .El islote artificial de Pon Tauas mide 70 × 52 metros. Sus vertientes occidental y sur son bajas, y en la del oeste se halla una entrada de 2 metros de ancho. En este islote se halla un patio encerrado en muros bajos, en el que antiguamente se efectuaban enterramientos. Pan Tauas, situada al sur del conjunto, es otro islote artificial con muros bajos, de 65 × 16 metros, que en su vertiente sur posee una entrada de 2 metros de ancho. Nan Tauas es la única construcción en Nan Matol cuyos ejes se orientan exactamente hacia el Norte, Sur, Este y Oeste.
Las longitudes de los lados de sus fundamentos son, por el Oeste, junto al canal Tau en gasapal, 59 metros; por el Sur, 66 metros; por el Este, 60 metros; y por el Norte, 69 metros. Estos fundamentos tienen una altura de 1¾ metros y consisten en tres capas de columnas de basalto, en las que las vigas son más largas, gruesas y por tanto pesadas que las traviesas. Hasta la mencionada altura el espacio vacío interior, de 3.600 m², fue rellenado con fragmentos de coral. Encima de este nivel se aumentó la altura del recinto con dos capas de columnas de basalto alineadas sobre los muros que conforman los fundamentos. Únicamente se suprimió dicho aumento en la entrada principal, en un ancho de 5 metros. Por aquí se accedía sobre tres peldaños de 4 metros de ancho hacia el patio interior.Adosada al muro transversal oriental de este recinto funerario y también al segundo muro principal de Nan Tauas existe una galería de 20 metros de largo, 4 de ancho y 1½ de alto, que parece haber servido para sepelios al aire libre. Cruzando la puerta principal de la segunda muralla se accede al segundo patio interior, en cuyo centro se encuentra el sepulcro principal de Nan Tauas, la gran cámara funeraria. Cuentan los nativos que en ella fueron sepultados antaño los Sau Telur. La cámara funeraria en sí, que mide 7 metros de largo, 6½ de ancho, y que tiene una profundidad de 1½ metros y sobresale 1'30 metros por encima del nivel del suelo, cuenta con paredes limpiamente ejecutadas a base de columnas de basalto. Dicha cámara está rodeada por dos muros bajos. El techo de la cámara funeraria está constituido por columnas de basalto de 8 y 12 metros
de largo. Respetando distancias intermedias de 1 metro y contando con dos alturas de ½ y de 1 metro respectivamente, en dos niveles de terrazas, la estructura adquiere un aspecto piramidal. Nan Ma-tol, la ciudad asentada sobre islas artificiales que, a pesar de todas estas vagas explicaciones, sigue constituyendo, en cuanto a su origen y función, un enigma que espera solución.
LOS PETROGLIFOS DE TSAP A LAP
El mismo señor Ong que nos proporcionara en las páginas del Hobart Town Courier en 1935, el primer texto y la primera mención de las ruinas de Nan Matol que hasta hoy nos son conocidos, cita en la misma comunicación otro lugar interesante de Pohnpei: «En la isla existe una montaña cuyas rocas están cubiertas de figuras».
Cerca de la margen izquierda del río Pillap en Letau (Pilen Lehdau en la cartografía moderna), en el que se encuentran las rocas los nativos conocen por el nombre de Takai en Intelon. Se trata de cuatro bloques de lava agrupados muy cerca el uno del otro, el más alto de los cuales mide algo más de un metro de altura, estando
tres de ellos cubiertos de petroglifos. Un poco más lejos de este grupo se halla un campo de lava de superficie irregular, completamente sembrado de petroglifos. Petroglifos son incisiones de dibujos en la roca. Nadie conoce su origen. Los nativos ya le dijeron a Paul Hambruch a finales de agosto de 1910 —o sea dieciocho años después del enfrentamiento que aquí tuvo lugar entre españoles y pohnpeyanos—, contestando a la sospecha de éste de que los grabados habían sido cincelados por los soldados filipinos que luchaban en las filas españolas, que no, que las figuras en las rocas siempre habían estado allí, desde mucho antes de la llegada del primer extranjero a su isla. A Paul Hambruch no se le brindó en aquellos años ninguna explicación satisfactoria sobre su origen,Hambruch solamente establece una posible vinculación de estos petroglifos con otros hallados en Rapanui (isla de Pascua), Borabora del grupo de Tahití, y Hawai (principalmente de la isla Molokai).
estas rocas son, además de tres agujeros perfectamente labrados en lo alto de la última de las citadas, agujeros que medían un palmo de diámetro y algo más de medio palmo de profundidad formando los tres vértices de un triángulo de unos dos metros de lado, fueron grabados que figuraban seres humanos o humanoides, pies humanos si bien uno con solamente cuatro dedos, espadas o dagas o algún instrumento que tuviera semejante forma, un pulpo, un pez, y muchos otros grabados no identificables. En el primer grupo de las rocas de Takai en Intelon citado destacan unas figuras vagamente humanoides que lucen una
curiosa aureola con rayos alrededor de su cabeza. Todo cuanto los pocos nativos conocedores de su tradición saben o quieren aportar acerca de las rocas de Tsap a lap es lo que sus antepasados les han ido transmitiendo en esta breve narración , que comenzara con la llegada a una roca perdida en el mar de nueve parejas que navegaban errantes en busca de una tierra prometida:
«En Takai en Intelon una piedra que se halla en Kitam. La gente contaba antiguamente que era una vivienda, la vivienda de dos hombres llamados Muantik y Muanlap». (Hombre pequeño y hombre grande).
«Estos hombres vivían en el interior de la roca. Pero ambos decidieron marchar hacia un lugar desconocido. Cerraron la puerta de la piedra y se marcharon, y hasta el día de hoy no han regresado».
Misterios y mas misterios en una isla a la que llegan en un canoa 9 parejas y una pareja se queda.
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