EL SILENCIO COMO INSPIRACION 16
VACÍO
El día más grande en la vida es cuando no podéis encontrar nada en vosotros mismos para echar fuera, cuando todo ha sido expulsado y únicamente queda un vacío puro. En ese vacío os encontráis a vosotros mismos.
La meditación solo significa vaciaros de todo el contenido de la mente: memoria,
imaginación, pensamientos, deseos, expectativas, proyecciones, estados de ánimo. Uno debe continuar vaciándose de todo contenido. En ese vacío encontráis vuestra conciencia pura.
Ese vacío está vacío solo en lo que concierne a la mente, en lo demás rebosa, está lleno de ser... vacío de mente pero lleno de conciencia. Así que no temáis la palabra vacío, no es negativa. Solo niega el equipaje innecesario que carece de uso y que transportáis por costumbre, que no ayuda, que únicamente entorpece, que no es más que un peso, una carga montañosa.
Una vez que lo elimináis quedáis libres de todo limite, os volvéis tan infinitos como el cielo. Esa experiencia es la experiencia de Dios o de la cualidad de buda, o la palabra que uno más prefiera. Llamadla dhamma, tao, verdad, nirvana... todas significan lo mismo.
EXPERIMENTACIÓN
Permaneced siempre abiertos y con ánimo de experimenta:.. siempre listos para adentraros en un sendero que nunca antes habéis caminado. ¿Quién sabe? Aunque resulte inútil, será una experiencia.
Edison trabajó durante casi tres años en un determinado experimento y fracasó setecientas veces. Todos sus colegas y estudiantes se sentían absolutamente frustrados. Él llegaba cada mañana feliz y a rebosar de júbilo, listo para empezar otra vez. Era demasiado: ¡setecientas veces y tres años desperdiciados! Todo el mundo estaba prácticamente seguro de que no se iba a conseguir nada. Todo parecía inútil... solo un capricho.
Se reunieron y le dijeron: «Hemos fallado setecientas veces. Ya es un fracaso absoluto.
No hemos logrado nada. Tenemos que parar». Edison soltó una carcajada y dijo: «¿De qué estáis hablando? ¿Fracasado? Hemos tenido éxito en descubrir que setecientos métodos no serán de ninguna ayuda. ¡Cada día que pasa nos acercamos cada vez más a la verdad! Si no hubiéramos llamado a esas setecientas puertas, no habríamos podido saberlo. Pero ahora estamos seguros de que hay setecientas puertas falsas. ¡Es un gran logro!».
Esta es la actitud científica básica: si podéis decidir que algo es falso, os estáis acercando a la verdad. La verdad no se encuentra disponible en el mercado para que podáis ir directamente a encargarla. No se encuentra disponible a nuestro antojo. Tenéis que experimentar.
De modo que lo que sugiero es que siempre estéis dispuestos a experimentar. Nunca os sintáis complacidos. Jamás penséis que lo que estáis haciendo es perfecto. Nunca lo es.
Siempre es posible mejorarlo; siempre es posible hacerlo más perfecto.
PROBLEMAS
Si podéis funcionar como si no tuvierais problemas, ¡descubriréis que no tenéis ningún problema! Porque todos los problemas son ilusorios... se cree en ellos, por eso están presentes.
Es autohipnosis: vais repitiendo un problema... que sois de esta manera, que sois inadecuados e incapaces. Lo repetís y se convierte en un mantra, que va penetrando en vuestro corazón y se convierte en una realidad.
Simplemente intentad funcionar como si no tuvierais problemas, y de pronto veréis que poseéis una cualidad totalmente diferente: ¡no tenéis ningún problema!
Entonces depende de vosotros si recuperáis otra vez los problemas o los dejáis para siempre. Un problema se puede dejar con suma facilidad si entendéis que sois vosotros los que lo mantenéis, y no el problema a vosotros.
Pero no podemos vivir sin problemas, así que no dejamos de crearlos. Sin problemas uno se siente tan solo... no queda nada por hacer. ¿Qué podemos hacer? Con el problema os sentís muy felices... hay que hacer algo al respecto y debéis pensar en ello; os brinda una ocupación.
Esta continua idea de que sois inadecuados e incapaces, que sois esto y aquello, también es un acto básicamente muy egoísta. Queréis ser muy adecuados, pero ¿por qué? Queréis ser tremendamente capaces, pero ¿por qué? ¿Por qué no podéis estar satisfechos con todas las insuficiencias v limitaciones que hay? En cuanto las aceptéis, veréis que empezáis a fluir con más facilidad.
NECESIDADES Y DESEOS
Los deseos son muchos, las necesidades pocas. Las necesidades se pueden satisfacer; los deseos, nunca. Un deseo es una necesidad que ha enloquecido. Es
imposible satisfacerlo. Cuanto más lo intentáis, más pide y pide y pide.
Hay una historia sufi que cuenta que cuando Alejandro murió y llegó al cielo, iba cargado con todo su peso -su reino entero, oro, diamantes-, desde luego, no en realidad, simbólicamente. Iba demasiado cargado por ser Alejandro.
El guardián de la puerta se puso a reír y preguntó: «¿Por qué llevas tanta carga?».
Alejandro repuso: «¿Qué carga?». De modo que el guardián le dio una balanza y puso un ojo en un extremo. Le dijo a Alejandro que pusiera todo su peso, toda su grandeza, tesoros y reino en el otro extremo de la balanza. Pero ese único ojo seguía siendo más pesado que todo su reino.
«Este es un ojo humano», informó el guardián de la puerta. «Representa el deseo humano. No se puede satisfacer, sin importar lo grandes que sean el reino y tus esfuerzos.»
Entonces el guardián arrojó un poco de polvo sobre el ojo. Este de inmediato parpadeó y perdió todo su peso. Sobre el ojo del deseo hay que echar un poco de polvo de comprensión. El deseo desaparece y únicamente permanecen las necesidades, que no son pesadas. Las necesidades son muy pocas y hermosas. Los deseos son feos y convierten en monstruos a los hombres. Crean personas dementes. En cuanto aprendáis cómo elegir lo apacible, una habitación pequeña bastará; una cantidad pequeña de comida bastará; unas pocas prendas de vestir bastarán; un amante, un hombre muy corriente, podrá bastar como amante. Pero si continuáis pidiendo más v más, hasta el hombre más hermoso tarde o temprano estará
acabado. Vuestro deseo continúa y continúa. No conoce fin.
INCONDICIONAL
En cuanto sabéis qué es el amor, estáis listos para dar; porque sabéis que cuanto más dais, más tenéis. Cuanto más le ofrezcáis a los demás, más irá surgiendo en vuestro ser.
El amor jamás se molesta mucho en pensar si el otro es o no merecedor de recibir. Esas son cosas mezquinas, actitudes mezquinas. El amor jamás es mísero.
La nube jamás se molesta en meditar si la tierra es merecedora de recibir su don. Llueve sobre las montañas, llueve sobre las rocas, llueve por doquier. Da sin poner ninguna condición, sin ataduras.
Y así es el amor: simplemente da, disfruta dando. Quienquiera que esté dispuesto a recibir, recibe. No necesita merecerlo, no necesita estar en una categoría especial, no necesita cumplir ningún requisito. Si todas estas cosas fueran necesarias, entonces lo que dais no es amor. Debe de ser otra cosa y aún desconocéis qué es el amor. En cuanto sabéis qué es el amor, estáis listos para dar; porque sabéis que cuanto más dais, más tenéis. Cuanto más le ofrezcáis a los demás, más irá surgiendo en vuestro ser.
La economía corriente es totalmente diferente: si dais algo, lo perdéis. Si queréis tenerlo, evitad darlo. Recogedlo, sed mezquinos. Es el caso opuesto que con el amor: si queréis tenerlo, no seáis tacaños; de lo contrario, estará muerto, se estancará; apestará, morirá.
Seguid dando, y se os manifestarán fuentes nuevas, corrientes frescas fluirán a vuestro ser.
Cuando vuestro acto de dar es incondicional, total, la totalidad de la existencia empieza a entrar en vosotros.
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